Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura

89 Ciencia, Tecnología y Cultura nológica, circunscrita por funciones e hilvanada en el trabajo coope- rativo, la que fomenta la construcción de roles que le son inherentes y que las personas habitan en periodos de tiempo de su rutina coti- diana. Una tercera similitud entre los investigadores gira en torno a la calidad de las interacciones en las que se inscribe la tecnología social; si bien todos están de acuerdo en que la cooperación es rele- vante, también nos anticipan que este avance colectivo no clausura la expresión individual del contenido sociotécnico. Por tanto, cada involucrado no sólo debe volver a renovar los acuerdos y compromi- sos tomados de manera voluntaria, sino que también la tecnología social le ofrece las posibilidades para realizar innovaciones, median- te lo cual la tecnología social se adapta a los cambios que experi- menta la sociedad en la que se encuentra. Entonces, cuarta similitud, si uno de los rasgos característi- cos de esta cooperación productiva es su capacidad para adaptarse, también es posible reconocer que toda tecnología tiene una tra- yectoria que devela la historia de su comunidad. Sin embargo, esta hipótesis gesta una controversia porque se enfrentan dos concep- ciones. Una de ellas propone que la comunidad es posible gracias a los vínculos de los actores o sujetos individuales y/o colectivos, mientras que la otra concepción incluye a los artefactos que en esas interacciones se ubican como protagonistas porque guardan silen- cio, median o traducen, piensan y dicen y, finalmente, explican los procesos e hitos de la trayectoria de la tecnología social. Una definición operacional de la tecnología social En términos generales, la tecnología social presenta una de- marcación teórica, a saber: es un conjunto de arreglos normados de interacciones con tradición que cumplen la función de integrar a sus involucrados. Desde ahí, se reconocen las siguientes cinco variables.

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