Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura
72 Cuadernos de Beauchef al principio de negociación colectiva, quedando plenamente inte- grados a la vida económica y política británica; en 1876 el gobierno inglés promulgó la libertad sindical (Trade Union Act). Agreguemos, por último, que el desarrollo de los sindicatos de oficio no estuvo exento de represión por parte del Estado britá- nico que prohibía cualquier intento asociativo de los trabajadores -hasta 1824-, entendiendo que estos sindicatos no podían alterar el libre juego de la oferta y la demanda, regulada por una “mano invisible”-siguiendo las palabras de Adam Smith-, propia de esta emergente sociedad capitalista. Sin embargo, el Estado británico terminó por cooptar a los sindicatos de oficio, apaciguando todo intento de radicalización -incluso cuando emergía la ideología socia- lista a partir de 1870-, integrándolos, finalmente, como un valioso elemento en la estructura socioeconómica británica. V En conclusión, a partir de todo lo dicho se podría afirmar que la Revolución Industrial significó para la historia de la humani- dad y, sobre todo, para Gran Bretaña, una transformación radical de las estructuras económicas y sociales, que se generó de forma paulatina a partir del XVI, como señalábamos en las primeras pági- nas, con la reforma protestante y la desamortización realizada por Enrique VIII, factores que permitieron, a mi juicio, la acumulación de capital necesaria para que a mediados del siglo XVIII se iniciara una nueva forma de producción basada en el trabajo en la industria, y ya no en los talleres artesanales, con un crecimiento continuo y auto- sostenido. Ello -digamos, entre paréntesis-, no excluye, por ejemplo, otras variables como el comercio exterior y la explotación colonial británica. Lo dicho arriba, por cierto, es un aspecto importante: la par- ticularidad británica se funda en la promoción de la industrialización
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