Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura
69 Ciencia, Tecnología y Cultura Digamos, entre paréntesis, que en 1807 el ingeniero nor- teamericano Robert Fulton aplicó la máquina de vapor al barco de forma experimental por el río Hudson. Desde entonces se constru- yeron buques mixtos de vela y vapor y, a mediados del siglo XIX, se establecieron líneas regulares entre Europa y otros continentes. IV Otro aspecto que se debe considerar en la Revolución In- dustrial es la nueva organización del trabajo. En ese sentido cabe hacer notar el surgimiento de dos actores con el proceso de indus- trialización, a saber: los empresarios capitalistas y el proletariado. En efecto, la Revolución Industrial sustituyó la antigua producción gremial medieval para dar paso al empresario capitalista que com- praba la materia prima y contrataba y pagaba a técnicos y a obreros para realizar una determinada fase del proceso industrial. Tal pro- ceso conseguía tanto la fabricación en serie de los productos como abaratar costes de producción lo que, consecuentemente, resultaba más competitivo en el mercado. Ahora bien, agreguemos que, con la aparición de los obre- ros que dependían de un salario para subsistir, empezaron a alte- rarse las estructuras sociales tradicionales del Antiguo Régimen, alteración que, en efecto, trajo consigo movilidad de la población provocada por el propio empuje demográfico continuo que empezó a producirse en Europa. Solo el caso concreto de Gran Bretaña se pasó de 10,9 millones en 1800 a 20,9 en 1850, incrementando la población urbana. Cuando se efectuó el primer censo, en 1801, Londres te- nía más de un millón de habitantes, y Liverpool, Manchester, Bir- mingham, Glasgow y Edimburgo contaban cada una con más de 70.000, y crecían con rapidez. El censo de 1851 clasificó oficialmente a más de la mitad de la población como urbana, y en 1901 la propor- ción había crecido en más de tres cuartos.
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