Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura

57 Ciencia, Tecnología y Cultura en esto el título universitario solo hará sentir su peso luego de que surja la llamada “clase media”, casi en los albores del siglo XX, y que fue, en estricto rigor, producto de esa campaña de formación del cuerpo de expertos promovida por el Estado. Hasta que esto ocu- rra, sin embargo, lo que vemos es que las disciplinas de los ingenios mecánicos (como la carrera militar de la que son hermanas) podrán considerarse necesarias pero no por ello valoradas ni prestigiosas para un contexto en el que aparecen como un mero auxilio, muy por debajo de lo verdaderamente importante, el trabajo intelectual. Resulta evidente, en cualquier caso, que esta distancia en- tre las artes liberales y los oficios manuales que dejan al ingeniero ocupando en el mundo de habla hispana un rango intelectual (tam- bién social) inferior, no trae consigo en absoluto una apología del progreso abierto en el norte protestante y anglosajón. Lo que apa- rece aquí es un problema aun irresuelto, pues ni en uno ni en otro caso se realiza aquello que cada uno supone que ha de realizarse: el ser humano. El ingenio en relación con el ejecutante de una tarea, despojado de un campo teórico y arrinconado en la mera praxis, es decir, de una praxis sin fundamento, se nos aparece como pura contingencia, la respuesta concreta a la necesidad, a la inexisten- cia de un mundo que enmarque la tarea y le dé un sentido que, por supuesto, no puede estar constituido por la idea moderna de progreso, puesto que ha sido el nihil que la compone el principal responsable de la ausencia de fundamento, es decir, de un mundo. El ingenio es, ciertamente, un concepto técnico, pero toda- vía prendado de un contexto de relaciones y semejanzas, un mun- do en estricto rigor, en el cual la inscripción (el lugar que debemos ocupar) tiene una razón de ser dada por el orden de la naturaleza: el ingenio está allí donde existe la contigüidad y el diálogo entre las partes, por eso puedo reconocer en la fisiología los principios de comprensión de la naturaleza sensitiva y racional del ser huma- no, puedo advertir las señales de una tara moral en la coloración y temperatura de la bilis, puedo señalar a qué disciplina está mejor predispuesto un individuo y puedo proponer medidas para aprove-

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