Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura
39 Ciencia, Tecnología y Cultura de su famoso teorema llegó a desarrollar una filosofía muy nove- dosa y revolucionaria para la época, cuyos fundamentos estaban basados íntegramente en los números (“El número como principio de todas las cosas”) . Gracias a ello, él llegó a establecer un estrecho vínculo entre la filosofía y las matemáticas. Además, haciendo uso de la geometría pudo avanzar en la astronomía y, por otra parte, producto de sus investigaciones acústicas, estableció relaciones nu- méricas con los sonidos e intervalos musicales. Sus descubrimientos fueron tan notables que incluso llegó a hablar de la “música de las esferas”, creando nexos entre la aritmética, la geometría, la música y la astronomía. De esta manera, el genial Pitágoras y sus discípulos lograron articular e integrar las artes, con las ciencias y la filosofía. Consecuentemente, su pasión también derivó en la numerología, creando diversas estructuras numéricas y significados esotéricos, entre los cuales figuran las “ternas pitagóricas”: (3,4,5) / (5,12,13) / (8, 15, 17)…, series que son de las más conocidas. Junto a Pitágoras, existen muchos ejemplos notables que nos han dado lecciones en cuanto a articulación e integración del conocimiento se trata. Uno de ellos fue Aristóteles, por cierto, enor- me referente que llegó a marcar las bases de nuestra cultura occi- dental y que, en muchos sentidos, influye hasta hoy día en nuestras vidas. Otro ejemplo es Leonardo Da Vinci quien, junto con hacerse famoso por sus cuadros, aportó a la medicina, ingeniería, aeronáu- tica, etc., sorprendiendo al mundo por su versatilidad y amplitud, integrando a las artes con las ciencias y la tecnología, sin dejarse in- hibir ni bloquear por prejuicios o complejos. O personalidades como Descartes y Leibniz, quienes no solo fueron grandes matemáticos sino filósofos, esmerados exploradores de un universo sin fronteras. En algunos casos, incluso, los hubo con una profunda perspectiva re- ligiosa, como fueron Pascal y Newton. Pero también los hubo como Laplace, cuyo determinismo mecanicista lo llevó a sostener que el universo completo funcionada como un gran reloj y, por lo tanto, la hipótesis de la existencia de Dios ya no era necesaria. O Spino-
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