Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura

19 Ciencia, Tecnología y Cultura tipo de sistema que no tenga las propiedades del sistema visual, no se constituirá en imagen. Comprender la separación que hay entre un objeto percibido y su representación mental como imagen, des- estabiliza nuestra noción cotidiana sobre la interioridad y la exte- rioridad, allí donde aquello que percibimos como exterior pasa a constituirse como un fenómeno íntimamente interno, sujeto a las características particulares de cada sistema nervioso-perceptivo. Este entendimiento nos saca inmediatamente del paradigma de que los objetos del mundo tienen un carácter único e independiente, ya que siempre son objetos interpretados. Luego de situar la imagen como producto de la actividad mental, podemos preguntarnos por su relación con lo exterior, con los objetos del mundo a los que refie- re. Si comprendemos las percepciones exteriores como fenómenos que adquieren sus características de acuerdo a la capacidad cere- bral de producirlas, entonces caeremos en la cuenta que aquello que comprendemos como luz y el modo en que afecta a los objetos para producir imágenes, tampoco tiene un carácter independiente al aparato perceptivo. El ejercicio que propongo para ilustrar este ejemplo es el siguiente. Sabemos que para que existan imágenes es necesario un sistema nervioso-sensorial: si la radiación lumínica de una fuente afecta a un objeto determinado y en este orden de cosas prescindi- mos de un sistema nervioso-sensorial, entonces, el resultado es que no hay una imagen posible y la relación entre la fuente lumínica y el objeto da como resultado oscuridad. Nuestro entendimiento de la luz está amarrado a nuestra experiencia sobre ella, sin un sujeto capaz de ver, la luz no se efectúa como luz, sino como energía po- tencial. Esto quiere decir que las características que le atribuimos a la luz que nos rodea no existen fuera de nuestros propios aparatos sensoriales, y según esto podemos afirmar que afuera de los múl- tiples aparatos perceptivos, concretamente, no hay otra cosa que oscuridad.