Texto y censura: las novelas de Enrique Linh
14 la demagógica» vuestra puntual, ordenada y unánime asistencia a esta cita de honor al pié de la bande- ra, basta y sobra para confirmarme en un cargo que recibí de mi padre. ... (Aplausos unánimes). ... (risa del presidente» risas del pueblo) (pp.242-3; nosotros subrayamos). El Protector no desperdicia ocasión para invocar el ritual de obediencia» para ensayarlo lúdicamente y hacerlo cumplir con rotundidad. Es un discurso imperativo, que imparte ór denes según un modelo rígido, que exige se acepte la subor dinación --"vuestra puntual, ordenada y unánime asistencia"-- de un modo automático. El hablante de ese discurso habita un espacio equivalente al de un campo de concentración, en cuyo centro existe un poder hipostasiado, uniforme, un infans que construye el espacio social como el eco de una voz unidimensional ("Aplausos uná nimes", "risa del presidente, risas del pueblo"). Nos interesa destacar el procedimiento que utiliza Lihn para enseñar este discurso, es decir, para mostrarlo en el mismo momento que lo ridiculiza. En parte de su alocución a los mirandeses el Protector expre sa lo siguiente: En lugar de separar a los padres de los hijos, abrien do entre unos y otros las distancias que crea el ar tificio pulimento de la escuela primaria, los padres que consiguen hacer de sus hijos en los centros mis mos de trabajo, trabajadores tan eficientes como e - líos, están autorizados para liberarse de una parte de su jornada compartiéndola con su progenie y dis poner así de un tiempo libre que les permitirá asis tir juntos a una escuela donde se les inculcará el gusto por la alfabetización (p.253).
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