En clave adolescente

EN CLAVE ADOLESCENTE ••• REFERENTES, PRÁCTICAS Y HÁBITOS DE CONSUMO AUDIOVISUAL PRIMERA PARTE. Adolescentes y mundo audiovisual: globalización ••• 20 es un argumento de narración en sí mismo - macrorrelato o historia- y a la vez una continuidad temática entre los episodios - organizados por temporadas en las que se emiten entre 10 a 15 capítulos-. Desde la noción de juventudes como un grupo social diverso y heterogéneo (Duarte, 2000), quisimos conocer qué series de televisión nacionales e internacionales están viendo las y los adolescentes, cuáles prefieren y por qué algunas se convierten en sus favoritas. El análisis realizado nos permitió generar una interpretación sobre sus gustos y, de igual modo, nos brindó pistas que ponen en valor las competencias mediáticas de estos consumidores en la denominada “tercera edad de oro de las series” (Carrión, 2011). La construcción social de la juventud, como etapa de vida en constante cambio es similar a la innovación tecnológica en los medios de comunicación (Callejo, 2014). Inserto en esta dinámica el público está en un permanente estado de aprendizaje de nuevos códigos, soportes, usos, relatos y otros factores que en particular a las y los adolescentes les atrae y les es fácil de utilizar. Estos avances facilitan el consumo de la ficción seriada, puesto que es el espectador el que maneja sus tiempos y ritmos para su visualización, muchas veces en diferido, en múltiples soportes, según las posibilidades de acceso que tengan a ellos. Así, el 79 % de los jóvenes, niñas y niños en Chile pasan más de una hora en Internet y la mitad lo hace más de tres horas; el 36% dice que ver videos es la actividad favorita y más de ocho de cada diez lo hace en YouTube de forma habitual. Otro 39% ve contenidos a través del servicio de pago Netflix (Informe de Radiografía Digital VTR, 2017). Es decir, parte de su tiempo de ocio o descanso lo invierten en visitar páginas web de entretenimiento que ofrecen contenidos audiovisuales como películas, series de televisión o documentales. Esto pues, la oferta de televisión abierta en Chile dedicada específicamente a estos segmentos etarios es prácticamente inexistente -durante el 2017 solo un 2% corresponde a programación infantil y juvenil (Anuario Estadístico del CNTV, 2017)-, por lo que adolescentes, niñas y niños deben ver contenidos que no necesariamente son adecuados a sus edades y gustos como vemos en el gráfico que sigue:

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