En clave adolescente

EN CLAVE ADOLESCENTE ••• REFERENTES, PRÁCTICAS Y HÁBITOS DE CONSUMO AUDIOVISUAL SEGUNDA PARTE. Desafíos para la educación mediática de los adolescentes ••• 123 los campos. Son útiles para desenvolverse con eficacia en la vida, constituyéndose en la visión del mundo que tienen los agentes. A través del habitus el campo se vuelve significativo para los individuos (Bourdieu & Wacquant, 1995). Bourdieu pone el foco en que las diferencias en los habitus son construidas y han sido naturalizadas. Se dan en diferentes ámbitos de la vida cotidiana y se vuelven incuestionables porque serían parte del “sentido común”. El gusto de cada clase social sería un habitus aprendido e inconsciente. 3.1 La cultura en vías de legitimación o lo que hay que (saber) responder “Van a sus colegios a jugar. Con los curas con las monjas de la caridad. Con sus cuerpos llenos de comida. Crecen como europeos. Rubios y robustos. Nos quitan el camino a la universidad. Llenan sus libretas de notas sin igual. Sus cabezas saben todo lo que hay que responder” (González, 1986). La clase alta tiene el habitus de la distinción. Acumula la mayor cantidad de capital global, el que se desagrega en económico, social y cultural. Este último se refiere a los conocimientos, a la educación y habilidades que dan un estatus en la sociedad. La cultura legítima la encontramos en esta clase. Es la que permite distinguirse de los otros. En la obra de Bourdieu se preguntaba a los franceses de las distintas clases sobre sus gustos artísticos. Un ámbito de diferenciación fueron las preferencias por pintores, y autores de música clásica. El gusto legitimado estaba representado por “ El clavecín bien temperado , El arte de la fuga , El concierto para la mano izquierda , o en pintura Brueghel o Goya, y (…) obras de arte en vías de legitimación, el cine, el jazz e incluso la canción” (Bourdieu, 1979/1988: 13 y 15). En nuestra investigación, realizada 45 años después, difícilmente podemos utilizar el concepto de gusto legitimado como algo pétreo e inamovible, ya que hablamos de consumos culturales emergentes y líquidos que sonmuy dependientes de la tecnología. Por ello, preferimos señalarlos como cultura en legitimización con la certeza de que esto puede cambiar. Algunos consumos culturales marcan una distinción porque requieren un mayor capital cultural, económico y social por parte de los y las adolescentes. Cuando se deje de notar la diferencia ya no será un consumo que distinga, ya no será legitimado. El drama es un género “serio” que requiere una mayor concentración y capital cultural. Es el tipo de películas que más consumen en los colegios particulares (24%), muy por encima de la media (15%) de todos los adolescentes. Si vemos la televisión, encontramos que estos adolescentes son por lejos los que prefieren las series, el animé y los documentales (35%), mientras la media fue menos de la mitad (14%). La materialidad aún distingue. Jugar en el computador, suponemos en uno con avanzada tecnología, es preferido por los y las estudiantes de colegios particulares (44%) siete puntos porcentuales más que el promedio (37%).

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