CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)
91 fllcto con los pensamientos de otros individuos. Só lo las instituciones del saber pueden encauzar este absolutismo hacia la búsqueda expresa de una concien cia verdadera en la que se hallen separados lo que se sabe y lo que no se sabe, la pregunta y la respues t.a, lo enigmático de lo resuelto. La cultura sometida al poder de las ideologías es la ceguera, la renuncia al saber verdadero. 6 Toda institución es una unidad autónoma que a su vez tiene un centro. Desde este centro ella puede aspirar al poder. La forma no peligrosa de su poder consiste en el despliegue de sus propias posibilidades por sus propios medios, pero esta forma, que no afecta las re laciones que ella tiene con las demás instituciones sólo puede presentarse cuando ella misma no está ame nazada. Cada centro particular tiene una aspiración escondida a ocupar el verdadero centro de la Polis, pero esta ambición desmedida sólo se hace ver cuando el estado de la Polis alcanza un grado de caos indo- minable. Lo normal es que el juego de poderes se ma nifieste en un equilibrio inestable, en el cual el centro sea predominante aunque nunca se logre la per fecta coordinación. En un estado de desagregación lo que está fallando es el centro. Esto tiene como consecuencia el hecho la mentable de que el poder ya no se ejerza a través de la acción propia de las instituciones sin que se no te su presencia; por eso en estos casos el vacío de centro se transparenta como un vacío de poder. En es tas situaciones algunas instituciones pueden intentar hacer valer su poder especí fico como centro de poder,pero este intento es siempre vano: ningún poder particular puede nunca reemplazar al poder del centro. Se produ ce así un estado neurótico en el cual lo periférico afirma tozudamente su pretensión de centro y trata de hacer aceptar esta nueva situación por medio de
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