CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)

76 sa v a romper sus compromisos con lo que se llama co múnmente la realidad. Este peligroso rompimiento no significa necesariamente que el artista se desolida- rize de los problemas de sus compatriotas o conciuda danos; es más bien un cambio de entender su relación con los demás o lo demás, cambio que consiste en cues tionar para ver y ver para cuestionar. Cuestionar es distanciarse: para poner algo nuevo en el mundo se necesita un distanci amiento respecto de lo real actual mente existente, distanci amiento que puede o no ser crítico. Este distanci amiento es un presupuesto esen cial del arte y sin éste, él no será posible. Todo artista en la medida en que está creando es un distan ciado, es decir, un separado del mundo de lo que pa­ sa, que como ya hemos dicho no es todo el mundo. Por eso el distanciamiento no quiere decir que el artista pierda la realidad en la que vive; todo lo contrario, sólo con él, ésta puede revelarse desde un punto de visión que ya no es el de la realidad de lo que pasa, es decir, que no es el de las realidades concretas y exigidas. Esta capacidad de más allá que encontramos en la esencia de toda creación y que posibilita el ar te es lo que comúnmente llamamos para entendernos: 1ibertad. La libertad como posibilidad de más allá es al mismo tiempo una condición indispensable para la existencia del arte y una expresión fundamental del ser humano. Es porque el arte es una experiene ia de la libertad que puede ser transmisible y sujeto de vida para todo ser humano. Para los artistas la libertad es más que para los de­ más seres humanos porque para ellos es el terreno mis mo y la condición de su existencia como artistas. Por eso, un artista no podrá jamás aceptar exigencias que contradigan a su propio arte. Ni la razón de estado, ni la linea política, ni los deberes ante sagrados va lores externos al arte han podido detener su fuerza expansiva a través de los siglos. Hoy día en que es­ tán en juego las máximas posibilidades de expansión de la cultura ninguna razón represiva podrá convencer a los artistas. Todo lo contrario, para ellos se trata de u- nir estas fuerzas de expansión a la realización de su

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