CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)

73 Referirlo todo el homre y a sus necesidades «dementa les ha sido hasta ahora la fuente de un lamentable malentendido. Hemos llegado hasta la indigencia de casi convencernos de que sólo de pan vive el hombre y de que basta poner la marcha humana en relación con el estómago para comprenderla. Pero hoy día ya no se puede seguir pensando así: queremos que se re­ conozca la cultura y el arte como necesidades prima­ rias, como bases esenciales de nuestra vida, como a- pertura del hombre hacia lo otro, relación no secun­ daria sino constitutiva del ser humano, "hay que to­ mar las cosas por la raíz y la raíz para el hombre es mirar lo invisible". Hoy día sólo podríamos creer en una revolución que nos acerque a esta mirada y no se necesita ser profeta para darse cuenta de que nin gún socialismo se podrá consolidar sobre bases que ~ impliquen una confrontación con las fuerzas de la cultura. Por eso nuestra perspectiva debe ser buscar como Neruda la coincidencia entre arte y política, só lo encontrando el punto en que ambas fuerzas se unen y haciendo de todas las fuerzas de la cultura un fac tor esencial en la transformación histórica y revolu cionaria estaremos verdaderamente cambiando la vida- humana. El socialismo científico, en la medida en que unió los ideales socialistas a la ciencia se propuso rea­ lizar este ideal de unidad. Arte y cultura están com­ prendidos aunque no nombrados en este proyecto. Pero para que el socialismo conserve su fidelidad a este camino inicial debemos seguir estrictamente la indi­ cación de los poetas: estar siempre abiertos para un encuentro frente a frente con lo invisible. Este en­ cuentro es la vocación profunda de todo verdadero ar tista u hombre de la cultura y de él solamente puede surgir el verdadero compromiso de éste con la reali­ dad. Lo invisible que no está en el tráfago cotidia­ no ni en el pasar de la realidad contingente es lo que permite ver el futuro abierto y reconsiderar la humanidad de lo humano en un vasto recinto del tiem­ po. El tiempo del arte no es necesariamente el mis­ mo tiempo de los periódicos o de la lucha inmediata:

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