CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)
55 Pero además, siendo arte y política realidades que conservan siempre su propia esencial idad o especifi cidad, los juicios que emanan de ellas están siempre limitados por esta determinación. Por eso, cuando se enjuicia una obra de arte desde la política no debe olvidarse jamás que se trata de un juicio exterior a su realidad esencial. Un juicio político sobre el ar te, aún cuando sea acertado, no deja de ser una afir mación que no habla del arte mismo sino de otra cosa. El carácter muí tifacético de la realidad nos obliga a separar las evaluaciones y a considerarlas dentro del ámbito de validez que les da el dominio del que surgen: el juicio histórico, el juicio político y el juicio artístico resultan de tres miradas diferentes que pueden ser complementarias. La contradicción pue de perfectamente albergarse en las cosas sin que és tas pierdan su fuerza real. Es la mirada unilateral la que busca erradicar la contradicción de la cosa, el imperativo de que todo sea uno y simple trae con sigo los simplismos y las arbitrariedades que compli_ can los fenómenos en lugar de aclararlos . Así por e jemplo, se ha tratado de hacer predominar el juicio político en las valoraciones artísticas clasificando las artes según las categorías de la lucha de clases. De este modo, lo revolucionario o lo contrarrevo1uci o nario, lo proletario o lo burgués se han erigido en valoraciones artísticas sembrando la confusión en el dominio estético a partir de conceptos socioeconó micos completamente discutibles. En realidad, aún u- ti1izando estas categorías, podemos constatar en to das las épocas, que en una obra de arte pueden coexis tir perfectamente lo estéticamente renovador con lo políticamente reaccionario, y al revés, lo sin valor artístico con lo revolucionario. Y es que arte y po lítica son momentos diferentes que se unen en una sola realidad, momentos que en el análisis debemos mantener separados si no queremos caer en el peligro del esteticismo o del politicismo. El arte puede ser político así como la política pue de ser artística, ambas realidades se recubren mutua mente sin tocarse jamás, puesto que el arte político sólo es válido artísticamente en cuanto responde a ^ tas categorías artísticas y sólo juega un papel poli
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