CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)

36 lidad del lenguaje político sobre la cultura: en la mayoría de los casos se entiende el arte como una es pecie de ornamento del movimiento social y los eter­ nos aduladores de lenguaje almibarado, aunque no es­ catimen adjetivos cuando se trata de celebrar el "mag no acontecimiento cultural" de turno, son los prime­ ros en mostrar los dientes cuando los artistas levan tan la voz para establecer la esencialidad del arte. Frente a la idea instrumental ista que tiene el polí­ tico acerca de la cultura hay que replicar con la i­ dea contraria, es decir, con la instrumentalización de la política por el arte, que es lo que en el fon­ do siempre ha ocurrido en la historia humana. ¿Quién se sirvió de quién: El Papa Juliano II de Miguel An­ gel y Rafael o Miguel Angel y Rafael del Papa Julia­ no II?. 64 Hoy día estamos ya bastante lejos de 1a épica neru- diana, aunque el espíritu de gesta seguirá durante mucho tiempo todavía nutriendo las formas más popula res de nuestro arte. En lo épico evidentemente hay i lusiones, pero el ímpetu de este tipo de manifesta­ ciones artísticas siempre encuentra en lo popular, la savia para rebrotar y florecer. De la gesta, que­ da en pié la belleza construida, como las antiguas estatuas o bellas columnas de las civilizaciones per didas. Pero al final, y la misma obra de los últimos años de Neruda así lo demuestra, todos los artistas llegamos al umbral: nos despierta una luz negra que anuncia una alborada que ya no es 1a de las banderas en las grandes avenidas pero que le abre camino a u­ na nueva poesía. El arte es siempre verdadero: es la historia la que se equivoca. Y al final se revela és­ to que a los políticos debe aparecerles como una atro cidad: la historia no era más que un tema más para la poesía omnipotente.

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