CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)

29 53 El estalinismo es una nueva forma del platonismo (en sentido vulgar) y aunque por todas partes aparece de nunciando el idealismo de sus atacantes, en verdad él no es otra cosa que una forma degradada y populista del mismo. Su fuerza deriva del hecho de haber sido capaz, en un momento, de apropiarse de las fuerzas históricas que han motivado el dominio ideológico del cristianismo. El cristianismo fue denunciado como un platonismo para el pueblo. El. estalinismo, en de­ finitiva, quiso ser un supercristianismo, fundándose en las teorías filosóficas y sociológicas de Marx e invirtiendo, por lo tanto, la dirección realista de ellas. En el fondo estalinismo y fasci smo pertenecen al mismo intento del siglo veinte de reconstruir u­ na religión sin Dios y en la que lo humano sea eleva do a la categoría de absoluto. Frente a estos híbri­ dos ideológicos las fuerzas de la cultura y el arte no pueden menos que aparecer como graves peligros y fuentes de sospechosas desviaciones; para ocupar to­ do el terreno divino, la soberbia humana busca deses peradamente disolver el Misterio y convencerse a sí misma de que por fin ha tomado en sus manos las rien das del destino. Todo humanismo absoluto y que, por consiguiente, no tenga su fundamento en el Ser, es una fuerza destructora. 54 El conflicto del estalinismo con las fuerzas de la cultura no es un hecho casual, ni el error contingen­ te de un determinado,período histórico que se equivo có en la "aplicación" de ciertas teorías que conside radas en sí mismas serían correctas. Por el contrario, es uno de los hechos más reveladores de las insuficien cias teóricas y filosóficas de una completa desvia­ ción que no sólo compromete la suerte de las realiza ciones en nombre del marxismo sino la orientación mis ma de la historia humana. El haber abierto un abismo

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