CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)

28 Esta utopía, que ya demasiadas veces ha adquirido el carácter de siniestra verdad, reve 1a la inmensa angus tia en la que vive el hombre y su desesperado inten­ to de escapar de su real condición. ¡Cuántas iglesias, con sus doctrinas absolutas y sus verdades definiti­ vas se han levantado sobre el tenebroso mito de la redención definitiva! Frente a este peligro siempre inminente hay que defender incansablemente las prerro gativas del misterio, de lo invisible, de la duda, de lo desconocido e invitar a los hombres a aceptar de buen grado su verdadera vida. Hay que inventar ver dades transparentes y gráciles que despierten el amor a la vida y combatir el optimismo desmesurado de los malos políticos que para ganar votos o acrecentar su poder serían capaces de falsificar la realidad hasta el absurdo. 51 El arte, que nunca está clausurado y que siempre de­ ja abiertas las puertas y las ventanas de su casa per mi te en cada momento renovar lo estable y ganar la satisfacción de volver a comenzar. El artista es un Sísifo contento de sí mismo que aprendió el goce de nacer. 52 El estalinismo, como toda iglesia, es en el fondo un enemigo del arte y ha sido el causante principal de que la revolución se haya estancado por todos lados en el conservantismo. Ahora sólo es posible creer en una revolución con estrellas, que en lugar de entrar en conflicto con las fuerzas de la cultura (no sola­ mente con los artistas) le permita a ésta nuevas po­ sibilidades de expansión y crecimiento. La revolución al servicio de la cultura significa, la revolución en nombre de la vida y comprendiéndose a sí misma como devenir necesario.

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