CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)
7 cesario ahora volver a ponerse como meta la ena j(na ción del hombre, la aceptación del misterio com>> com ponente esencial de la vida humana y de su hist.oriaT el amor a la duda, a los enigmas y a lo recóndito y profundo. Volver a abrir el cielo de lo descomunal Invisible, tal parece ser la tarea más urgente que la filosofía y el arte pueden darse hoy día. Esio parece muy alejado de las urgencias políticas y con tingentes, pero el que sabe desentrañar el sentido más lejano de los hechos históricos no desconocerá que la vigencia de las revoluciones hasta ahora in ventadas está directamente ligada a la comprensión profunda o no de 1a esencia de la cultura. Toda revo lución que no sea cultural, está condenada al fraca so . 8 Que una revolución sea cultural o no, depende de si sigue o no la dirección precisamente contraria a la que han seguido hasta ahora las autodenominadas "re voluciones culturales". En efecto, estas han preten dido siempre un humanismo absoluto, con los consiguien tes excesos doctrinistas que pretenden dar respuesta definitiva a todas las preguntas y problemas. La ver dadera revolución cultural es la transformación de lo que podríamos denominar "la ideología de la cultu ra" en ideología dominante. Como la cultura es el a mor a la tierra y la tierra gira en el Misterio, el primer presupuesto de una revolución cultural es la aceptación amorosa y leal del Misterio. Como la je rarquía de las culturas está dada por su fuerza ge nerativa, la medida del progreso no coincide con los criterios políticos o sociales. Por consiguiente, el segundo presupuesto de una revolución cultural es el del respeto a la especificidad de la cultura, cosa que implica necesariamente una crítica de lo que se entiende como "progreso" en general. Las épocas más importantes de la cultura son aquellas en las que a parecen las fuerzas originarias, que por ser tales, atraviesan las épocas y las sociedades fortalecién-
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