CENECA Distinciones (Cultura-Arte-Política-Filosfía)
1 Í V . levantar los cimientos de una Polis. Hace sesenta a- ños ya el poeta Vicente Huidobro veía con desespera ción el destino de Chile. "Yo adoro Chile, decía, amo a mi patria desesperadamente, como se ama a una madre que agoniza". Esta madre que agoniza sigue hoy día dando señales de su aguda enfermedad. ¿Es éste un mal definitivo frente al cual no valdría ya la pena preo cuparse más? ¿es que el cáncer de la desagregación es constitucional en un país como el nuestro?, ¿o es que todos estos desastrosos síntomas no son otra cosa que los necesarios desgarramientos de un parto difícil pe ro inexorable?. Hoy día es demasiado temprano para sa berlo. La convocatoria de lo que convoca secretamente alza su voz cada día en el corazón de cada chileno, pe ro nada podría asegurarnos de que esta apelación con duzca verdaderamente a la institución de las institu ciones. Lo que sí es seguro es que en el ámbito de la cultura algunas respuestas ya se han elevado a la al tura de lo definitivo. Esto puede significar que lo que llamamos Chile pudiera no ser más que un sueño de poetas, una quimera más lanzada al aire, un horizonte demasiado improbable como para ser tomado seriamente en cuenta. Sin embargo hay algo profundo que habla en contra de esta inquietante posibilidad: es ese terri ble desgarro que afecta de manera tan dramática núes tra pertenencia. Este vacío tal vez no sea otra cosa que una forma negativa de responder al llamado de lo que reúne. El exilio de todos los chilenos, tanto del exterior como del interior, tal vez sea un alejamien to del país por causa de no poder construir la Polis. El país es la Polis con un paisaje. Hoy día nuestro paisaje es cuestionable y nuestra Polis se encuentra por hacer. Se nos escapa el país. ¿Dónde se ha ido el país? ¿Quién sabe de su destino?. El país está espe rándonos allí donde siempre ha estado: en el centro central de lo que convoca, donde lo que reúne reúne verdaderamente, allí de donde proviene la palabra que reúne, donde se oculta el Logos de nuestro diálogo, donde la culturo se hace política por ser directamen te construcción de la Polis y donde la política se ha ce cultura por ser amplio horizonte de visionario. Pe ro todas estas indicaciones son utópicas, dice el con tingentonto. Pero estas cosas ya se han dicho mil ve ces dice el político politicista. Apuesto que ahora
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