Aportes al mejoramiento en la cadena de valor hortícola de la provincia de Chacabuco

35 CAPÍTULO III INNOVACIÓN Y PRODUCCIÓN HORTÍCOLA: MANEJO Y RECOMENDACIONES PARA PEQUEÑOS PRODUCTORES DE LA PROVINCIA DE CHACABUCO Y DESCRIPCIÓN DE CASOS CAPÍTULO III Cecilia Baginsky y Ricardo Pertuzé El suelo es un componente muy importante para el crecimiento de las plantas ya que le otorga el soporte físico para las raíces y a través de él las plantas toman agua y los minerales necesarios para su ciclo de vida. Uno de los aspectos claves en la elección del suelo y los cultivos que en él se establecerán es la profundidad que este tenga, aspecto que está íntimamente ligado al tipo de planta y el crecimiento de sus raíces. Este hecho se debe a que en la medida que las raíces tengan más suelo que explorar pueden lograr un mayor crecimiento y mayor producción. Las plantas tienen una gran variedad de raíces, algunas de ellas del tipo pivotantes que se caracterizan por tener un eje central que crece en profundidad y las fasciculadas que no tienen un eje central y tienden a crecer más superficialmente. En el Cuadro 10 se presente un resumen de las profundidades de arraigamiento de diferentes especies hortícolas. MANEJO DEL SUELO, GENERACIÓN DE MATERIA ORGÁNICA Y SU APLICACIÓN PROFUNDIDAD DE ARRAIGAMIENTO Menos de 60 cm Entre 60 y 120 cm Sobre 120 cm HORTALIZA Ajo, apio, achicoria, brócoli, cebolla, cebollín, coliflor, espinaca, lechuga, perejil, puerro, papa, rábano, repollo, repollo de Bruselas. Acelga, arveja, berenjena, betarraga, maíz dulce, melón, nabo, pepino, pimiento, poroto, zanahoria, zapallo italiano. Alcachofa, camote, espárrago, sandía, tomate, zapallo. En la producción hortícola el manejo del suelo es de gran importancia ya que influye no solo sobre la nutrición del cultivo sino también sobre su sanidad. En este sentido, un suelo mal preparado puede provocar compactaciones o estratas endurecidas (ej. pie de arado) a escasa profundidad (15 a 20 cm) por lo que, aunque el suelo sea profundo las raíces crecerán bien solo hasta el sector compactado reduciendo la profundidad efectiva. Con el objeto de lograr buenas preparaciones de suelo, éste debe ser trabajado con una buena humedad siendo la óptima aquella que se reconoce en la práctica cuando al tomar el suelo, extraído con una pala a un profundidad de aproximadamente 25 cm, apretarlo en la mano y luego presionarlo con esta, se disgrega fácilmente, sin dejar restos adheridos a ella. Un suelo muy húmedo, forma una pelota al ser apretado y al presionarlo no se disgrega, por el contrario un suelo demasiado seco, forma terrones durísimos que son muy difíciles de disgregar (Figura 29). Importante es saber que, cuando el contenido de humedad aumenta en forma excesiva, el suelo se vuelve plástico, adhesivo y muy difícil de disgregar, siendo inútil la acción de rastras. Cuadro 10. Profundidad de arraigamiento de diferentes especies hortícolas.

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