Actas de las I jornadas del régimen jurídico de las aguas
72 y aumento de la intensidad de las tormentas. En 2007, el alcalde de Boston Thomas M. Menino firmó una orden ejecutiva sobre la acción climática que articula el compromiso del Gobierno para la adaptación al cambio climático. Por otra parte, se convocó a un grupo de trabajo de 8 agencias de la ciudad y los departamentos bajo el liderazgo de la Oficina de Servicios Ambientales y de Energía, para coordinar los esfuerzos municipales de adaptación. En 2010, la ciudad publicó un documento sobre la Revolución Climática de Boston y, en 2011, otro sobre su Plan de Acción Climática, refiriéndose a la mitigación del cambio climático y las prioridades de adaptación de la ciudad. En particular, estos dos documentos se centraron en la necesidad de incorporar la adaptación climática en todos los procesos de planificación y revisión de las actividades públicas y privadas. Estos planes también hacen explícita la importancia de centrarse en las poblaciones y sectores vulnerables y en la necesidad de revisar los impactos climáticos proyectados sobre programas e infraestructura ya existentes. Por otro lado, la ciudad de Chicago, Illinois, cuenta con una población metropolitana de casi 10 millones y es la tercera ciudad más grande de los Estados Unidos. Bajo la dirección del alcalde RichardM. Daley (1989-2011), se inició el proceso de planificación para el cambio climático a finales de 2005. La ciudad se prevé que experimentará crecientes extremos en sus fenómenos meteorológicos, como el aumento de la incidencia de las olas de calor que conducenamásmuertesy loseventosde lluviaquecontribuyena inundaciones en los sótanos de casas. Antes que el Plan de Acción Climática de Chicago se pusiera en marcha en septiembre de 2008, la ciudad poseía un alto riesgo climático que esbozó los impactos económicos del cambio climático. Así, el Plan de Acción Climática de Chicago se centró en las edificaciones, las energías renovables, el transporte, los residuos y los problemas de adaptación, y explícitamente buscó hacer de Chicago el líder en la acción frente al cambio climático en los Estados Unidos. La estrategia de adaptación se basa en iniciativas urbanas verdes y sustentables, con un enfoque en la gestión del calor, la búsqueda de tecnologías de refrigeración innovadoras, la protección de la calidad del aire, la gestión de las aguas pluviales y la participación del público en la toma de decisiones.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=