Actas de las I jornadas del régimen jurídico de las aguas
161 Además de la legislación, fue creada una institución especializada encargada de aplicarla, la Comisión Nacional de Irrigación, que el 28 de enero comenzó sus actividades, centradas en la construcción de obras para irrigación, presas, etcétera. Esta comisión dependía administrativamente de la Secretaría de Agricultura y Fomento. En su informe de primero de septiembre de 1926, el Presidente Calles señala: En este departamento (Departamento de Tierras y Colonización) la labor principal consistió, por lo que se refiere a aguas, en la reglamentación que se ha venido haciendo de las corrientes, para evitar la anarquía en que se encontraban los aprovechamientos y solventar los viejos litigios de los usuarios (…) 14 . 13 La segunda ley, que data de 1929 15 14 y fue titulada como Ley de Aguas de Propiedad Nacional, que tuvo una regulación y aplicación más amplia que las anteriores, define las aguas consideradas propiedad de la nación y el Ejecutivo tiene a su cargo la reglamentación de los aprovechamientos de aguas de propiedad de la nación, uso doméstico, servicios públicos, industriales, riego, producción de fuerza, lavado y entarquinamiento 16 . 15 El 31 de agosto de 1934 se publica en el DOF la Ley de Aguas de Propiedad Nacional, que en relación a la de 1929 cambia el concepto de federal a nacional, aunque en esencia es la misma ley 17 . 16 En los gobiernos contemporáneos, es decir, ubicados en lo que algunos historiadores denominan la época de consolidación y crisis (1940-1992), periodo en el cual las instituciones se refuerzan y afirman, dando lugar a un clima de cierta estabilidad denominado “milagro mexicano” en lo económico, se llevaron a cabo las reformas al régimen jurídico del país para eficientizar y estimular el desarrollo del mismo. Este periodo duró aproximadamente treinta años, desde 1946 hasta casi entrada la década de los años ochenta. Posteriormente comenzaría la etapa que se llamó de crisis, causada por la caída internacional de los precios del petróleo, comenzando así la “década perdida” de las economías latinoamericanas. En esta época el recurso agua no puede sustraerse al 14 Diario de los Debates, Tercera Época, 1916-1991. Año 1926. T. I (5). 1 o de septiembre de 1926. 15 DOF, 7 de agosto de 1929. 16 LÓPEZ BETANCOURT, E. y MONTOYA, J. (2003), p. 96. 17 BIRRICHAGA, D. (2009), p. 59, y LÓPEZ BETANCOURT, p. 97.
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