CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80

8 1 . . mos que iba a ser una quena temporada. Sin embargo, a medio camino no supimos o no contamos con la persona que reactivara la asistencia de público a través de la publicidad. Es bien sabido lo efectivo que éeta es. Inmediatamente sube la taquilla. Bueno, la cosa es que nos encerramos en un circuito vicioso. No sabfa - mos qué hacer. De repente comenzamos a operar como típica compañía comercial. Empezamos a llamar a las boleterías de otros teatros para saber cómo andaban ellos de público, pensamos cam­ biar la obra por otra más taquillera etc. A poco andar paramos. Tomamos conciencia en lo que estábamos cayendo. Y como afor­ tunadamente la mayoría de los integrantes del grupo tenían asegu­ rado sus medios de subsistencia por otras fuentes, acordamos con­ tinuar dando la obra a través de formas no tradicionales de llegada al público. Entonces imprimimos unos volantes, después unos fo - lletos que se repartían en fábricas y poblaciones que decían "¿Sa­ bía Ud. que en Chile también hay buen teatro?" y que contenían además una reseña de los diálogos, un mapa de ubicación de la sala. Se cobraba 30 pesos por la entrada. Ahora bien, esta idea no funcionó no saoemos bien por qué. Quizá nos falta la persona o la metodología apropiada para enfrentar las relaciones púolicas o la publicidad no sólo a través de los medios tradicionales, sino también por las vías no tradicionales. Nosotros hemos querido ir a poblaciones sindicatos, etc,, pero no damos abasto. No he­ mos sido capaces de cumplirlo de manera sistemática. Enton - ces se no han ido cerrando los caminos. Otra cosa que quería decir. Hay creo una visión errada de lo que son las compañías estables. Nosotros somos pobres como ratas. Nuestro único capital es nuestro capital artístico, nuestra expe­ riencia. Y en eso sí que estamos dispuestos a apoyar en codo. No creo que se tenga derecho a exigirnos ayuda de tipo económi­ co. Es una locura no más.

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