CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80

4 0 . . .„catando para el teatro chileno un lugar, primero de los grupos, después-'de los actores y finalmente de las formas y contenidos, para oponerlo a un teatro clásico mal entendido o de la. obra esen cialmente de evasión. Estas obras, en su mayoría, plantearon por primera vez en muchos anos, personajes populares, ambientes que fueran más a llá del living burgués, lenguaje simple y cotidiano, situaciones de realidad inmediata, diálogos frescos , puestas en escena donde primaba lo teatral más que lo l i t e r a r io , formándose una suerte de "estética del silencio".: los. protagonistas no sa­ bían qué hacer o qué d e c i r , .no tenían interlocutor válido, gira­ ban, adoraban, recordaban.. . . Por aquella función catártica que le es propia al tea tro, el público volvió a las salas.y los lím ites de aquella censu­ ra imoresisa, vaga, sinuosa, empezaron a extenderse paulatinamente, Incluso estas obras y estos grupos eran ya recogidos por lo s Medios de Comunicación, legitimando su quehacer. Una expresión soc ia l, pero fundamentalmente estética , nació oor aquellos días y un est i­ lo comenzó a imponerse. Se empezó a llenar un vacío y aunque sub­ sistían problemas como el de la carencia de estrenos extranjeros o el distinto enfoque de los clásicos, por ejemplo, ya la cartelera ofrecía un abanico de posibilidades ¡rías amplio, ofrecido por gru­ pos como Ictus, Imagen, del Angel, TIT, La Falacia, la F e r ia . . . . Incluso, curiosamente, la originalidad de la expresión encontrada era superior a la de los primeros años de la década, caracterizada por una libertad .en la expresión social y a r t ís t ica . Pero esos años ya son mirados, incluso por lo s mismos grupos de teatro independiente,,con algo de nostalgia. 1980, c ie ­ rre de una década y comienzo de otra, ha demostrado que aquel esti lo que hizo resurgir al teatro nacional de entre las c e n iz a s , .se puede convertir en una fórrtula mecánica o mecanicista y pasar de la forma a lo formal y al arquetipo que nace muerto desde el comien zo. Algunos estrenos del año que recien termina demuestran clara­ mente que hay que buscar otros caminos en lo que respecta al teatro esencialmente chileno. En la obra Carrascal 4.000, de Fernando Gallardo y mon tada por el naciente gruoo Pedro de la Barra, se cuenta la historia de un grupo de trabajadores metalúrgicos que, acosados por un merca do in f le x ib le , añoran .épocas mejores, se desesperan y ponen en el

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