CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80
26 « 9 Pienso que la fórmula naturalista se agota por su misma razón de ser. Cumple una noble Tábor, es cíeto. En un ambiente teatral seco y esté ril hasta 1976, irrumpe con lo que luchos querían o esperaba n decir. Obras como PEDTO, JUAN Y DIEGO, TE LLAMA BA5 TOSICLET, LOS PAYASOS DE LA ESPE LANZA, EL ULTIMO TTEN o T JES MATIAS Y UNA TOSA son un ejemplo de ello. En cierta medida, voz de los sin voz. Esta positiva labor fue asumida por algunos teatristas de los cuales, creo, debiéramos sacar más de una enseñanza y no pasarnos, como nos hemos pasado, criticándolos por el hecho de seguir siendo fieles a su manera de hacer teatro. Pero el problema, de todas formas, subsiste. Actualmente, la afonía nacional ha experimentado alguna mejoría, y el teatro ya no es el ámbito con cierto aroma asambleísta aue todos cono cimos y paladeamos. Ahora, se exige del teatro nacional profundidad, análisis, de vela mié nto, confrontación dialéctica de realidades, en busca de la claridad necesaria para comprender nuestra situación y su trascendencia en los aconteci mientos venideros. No oasta con intentar reflejar la realidad, ni tampoco basta con denun ciarla. Hay que desmenuzarla, realizar una cirugía profunda que nós permita develar las verdades y sinrazones del alma nacional. : En alguna medida, se trata de recaptura esa vieja tarea de redescubrir el país. Por ello, pienso que un teatro realista-naturalista, tan necesa rio en una época reciente, es incapaz de asumir esa labor.
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