CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80

12. . dad hemos contribuido a denunciar una situación que. sa. hace, cada vez más gravosa para la actividad cultural. 3in embargo, creemos nece­ sario dar un paso más, por lo que proponemos que la naturaleza de nuestra discusión sea más bien político-artístico (en ambos casos el término política lo usamos en su sentido más propio y original, lo aue no obsta para que más de alguien señale que esta es una . eunión polí­ tica). Lo que pretendemos afirmar es que partiendo del marco histórico cul­ tural, como dato conocido, nos adentremos en el análisis de las causas más profundas del actual estado de situación del teatro nacional; al ha­ cerlo así, al observar el teatro al interior de sí mismo, es posible que detectemos algunas realidades estructurales que trascienden la existencia del régimen autoritario y que constituyen constantes histó­ ricas que, por un lado, explican la respuesta del teatro a la coyuntu­ ra y por otro, permiten extraer conclusiones de cómo mejorar lo que. hemos hecho. De eso se trata.Panto con respondernos la pregunta fundamental, debemos plantearnos con severidad crítica lo que pode-, mos hacer concretamente para contribuir al desarrollo y expansión del arte teatral en nuestro país. Personalmente estoy orgulloso de la forma en que el teatro indepen - diente ha respondido en estos años al constante cerco intimidaíorio que se ha. generado en torno suyo. A la censura ideológica y. econó- mica^ha opuesto generosidad y coraje, como cal vez, ninguna actividad artística lo ha hecho, al menos de una forma tan generalizada y públi­ ca. Pero no cstamos satisfechos. N d es precisamente el auto-elogio lo que nos reúne hoy. Al contrario, es la insatisfacción la que sirve de inspiración a nuestras discusiones, a los temas que abordaremos, a nuestras conclusiones. Son muchos los campos donde debemos encontrar un camino de supera­ ción. La organización económico-institucional, cuyo análisis deberá tender al .establecimiento de nuevas .formas de producción, más imag i ­ nativas y creadoras, que consideren primondialmente la realidad del país y la del tea-tro dentro de él, que privilegie la utilización de los me­ dios pobres, que, al margen de sur los únicos posibles, implican una

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=