CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80

1 5 6 . . ciones de incomunicación que en la sociedad se han constituido, j e produce, quizás, un fenómeno de transferencia hacia el teatro de lo que acontece en la sociedad. Cuando sostenemos que el país vive una experiencia dramática pienso que de alguna forma estamos apuntando, evidentemente entre muchas otras cosas, hacia la posibilidad de un vinculo particular entre teatro y sociedad. Se trata, claro, de una posibilidad y dependerá de muchos factores, en­ tre ellos del propio teatro, el que ello pueda ser aprovechado. Mi im­ presión es que esos factores se han dado favorablemente en Chile y que el teatro independiente ha sabido aprovecha ríos. Cabe preguntar­ se sobre la forma como la recreación teatral de lo social se ha llevado a cabo. Haciendo uso de un cierto recurso analítico, diría que las posibilidades de recreación de lo social oscilan entre tres ordenes diferentes, los que a su vez apuntan a dimensiones sociales originarias : el orden de la plaza, el de la feria y el del templo. Ello no impide articulaciones diversas en las que se entrelazan rasgos de uno y de otro. Estos tres órdenes dan cuenta de formas diferentes de consumación de lo social en las que los individuos se juntan y se relacionan. Se dife­ rencian en la manera cómo la relación se lleva a cabo. El orden de la plaza, ligado a la figura griega, conforma lo social como esfera de lo pútÜ ico y se asocia con formas democráticas de ejercicio de la po­ lítica. La comunicación social es directa y los hombres ee relacionan, en forma individual o agrupados, con escasas intermediaciones. El orden de la feria es aquel del mercado y donde la relación se produce mediante el intercambio de objetos. Son éstos los portadores de la di­ mensión social mientras que los individuos qiie participan del intercam­ bio lo viven desde la esfera de lo privado. En el orden del templo los individuos se congregan no en función de las relaciones que establecen entre ellos, ni del común interés por el intercambio de bienes, sino de un referente externo que trasciende la comunidad. El centro de grave­ dad de este orden se halla fuera de los hombres.