CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80

151 . . Lo que a mí me parece complicado --y perdonen que insista sobre este término- es que creo éste se constituye en un significante que está cargado de una retórica que envilece la acción que él mismo quiere sostener. Esta frase de "yo quiero ser la voz de los sin voz" es una manera elegante de plantear un problema; en vez de eso, se puede de­ cir: "yo quiero ser un mecenas ideológico del pueblo", que es una ma­ nera bastante desagradable de plantear el problema. Entonces, en la medida que seamos rigurosos con el texto, de esa mis­ ma manera iremos descubriendo nuestras pequeñas trampas y empeza­ remos a ener más cuidado cuando nos asignemos tareas como la de en­ frentar la sociedad global para modificarla. Porque cada vez que nos enfrentamos a la sociedad global para intentar modificarla, en el fon­ do lo que procuramos hacer es modificar desde alguna instancia de po­ der, la conducta de los otros a partir de nuestros propios prejuicios, de nuestras propias pautas de comportamiento. Entonces lo que ocu­ rre es que cuando no est?,mos en el poder, como es la actual circuns­ tancia, nos encaramarnos a cualquier lugarcito donde cenemos un peque­ ño marco de operación para tratar de modificar la conducta de los otros a través de nuestros prejuicios, y enfrentar nuestros prejuicios con los prejuicios del poder. O sea, cada vez que queremos modificar la sociedad global estamos re­ emplazando a los verdaderos gestores de la modificación de la sociedad global, y estamos aplazando una tarea nuestra que es fortalecer la voz de los sin voz y no representarla. Porque cuando uno quiere representar a la sociedad global, generalmen­ te se enfrenta a un problema muy perogrullesco, que quiere decir la _o- talidad social, qué es lo que me plantea, qué quiero de ella, que eviden­ temente no es el lugar al que yo pertenezco, o no representa globalmen­ te mis propias experiencias ¿ De qué manera me acerco yo a esa cocali- dad social? Las cosas que a uno se le ocurren para enfrentar el problema son sim­ ples: me acerco a través de la organicidacTpolítica de un partido, cosa bascante peligrosa y equfvoca en este momento, o a través de una infor-

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