CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80

1 4 1 . . ü!l basamento teórico ancemo-niencq expuesto, considero, sirve para acercarnos a las características especiales de otras prácticas signi ficantes, la novela por ejemplo, y luego de esto, para establecer in teresantes influencias •ecíp’-ocas, de acuerdo a las condiciones espe ciales de una circunstancia his órica determinada. Pero, así come ya asamos en terrenos más firmes para -elacionar, analizar, sintetizar, enunciar ciertos comportamientos gene-ales en tre la li eratura de un país y su teatro, y considerando que también aquí participa el homo re, y por ende un sujeto social por cuanto que da aludido po • sus condiciones reales de existencia social, ambién más confiadamente podemos adentrarnos en las funciones cul.urales, sociales, y según esto, en las formas especificas de un teatro que ha ce de su vinculación con estructuras más complejas una meta funda mental. Pero ya es tiempo tal vez de toparnos con las inevitables preguntas ¿qué es la Literatura? ¿quién es el escritor? ¿cuáles son sus fun ciones específicas en el desarrollo de los pueblos? ¿cómo y por qué el teatro recoge elementos esenciales de la novela, por ejemplo, y en virtud de ello alcanza formas más elevadas y consistentes, y por tanto universales y eternamente vivientes? Con estas interrogantes podemos amplia” hacia otros campos las complejidades inherentes a la dialéctica del teatro que relaciona al púolico con el poeta, al individuo con la historia. Jean Bloch en su "sociología y destino del Teatro", alude al papel del novelista diciendo que son aquellos que ayudan a los pueblos a tomar conciencia de s í mismos. Y. luego continúa "Los pueblos sin novelis tas, los siglos privados de novelas : es como decir mujeres sin espe jos ". -ásí como ésta, existen muchas ocras opiniones que redundan en un consenso pleno acerca del tono de introspección vital que impli ca la función del novelista y en general del escritor en la sociedad. Podremos inferir, entonces, que mientras más conformada se sienta una colectividad, más se reconozca a s í misma, pueda delimitar su entorno claramente,logre dibujar sus tipos, criticarlos, satirizarlos, más posibilidades 'eales cendra el dramaturgo al intentar represen-