CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80
114 . . sión escrita, toda actividad intelectual o artística que tienda a trans for mar los residuos de la mentalidad de la Colonia en una nueva conc ien cia nacional. Otro aspecto que llama la atención es la seriedad y ñor ma ti vi dad de las sesiones i está prohibido fumar, ningún socio puede sa lir a la ca l le du ran te la reunióme hay - -p o r reg lamen to-- un f isca l que debe con t ro lar la asistencia y sentarse s iempre --tamb ién por r e g lam en to - - al lado i z quierdo del D irector . Po r encima de lo anecdótico estos rasgos de so - lemnidad r e v e lan la conciencia de pertenecer a una generac ión p r e d e s t i nada, a una generación que a través de actividades culturales entendí - das en un sentido amplio se siente destinada a ' par tic ipar c r e a t i v am en te en las vicisitudes de la historia. "Estarnos - -d i c e La s ta r r ia en mayo de 1842-- en la alborada de nuestra vida social. . . este es el momento cr f- t ico " . . . -Amparados en las ideas ilustradas y libera les estos jóvenes se sienten responsables de una tarea tanto o más importante que la oue l i e - va rona cabo ios líderes de la Independencia 5 se trata de la fundación de una nación y simultánea,mente de la fundación de su cultura, de r e n o v a ción ar tística y simultáneamente de renovación de la sociedad. La idea básica que ios anima es que se ha conquistado la independencia po lít ica pero no todavía la independencia cultural. En este contexto se va g e s tando una c r it ica que será programática, fundacional y trascendente " f e verdadera cr it ica - -d ic e uno de los miembros de la uoc iedad - - con frontará continuamente la obra con la historia, comentará la una por la otra, y comprobará las producciones de las artes por el estado de la s o c iedad". Desde estas concepciones ios jóvenes de 1842 dan la lucha - - o - rientados por B e l lo - - por el teatro, al que la Ig les ia y algunos c on s e r v a dores se oponían por cons iderarlo inmoral. Desde este núcleo surg irán también más tarde las ideas de Amunátegui, quién hacia 1850 planteaba que la cultura del país había vivido ya un pr ime r período que él llamaba de plagio, que también ha oía pasado por el segundo, que llamaba de im i tación , y que por lo canto había llegado ya-el momento del te r c e r p e r í o do, el de la originalidad. El nacionalismo cultural de esos años y sus grandes hitos como iV-artin Rivas no son tampoco ajenos a estos p lan tea mientos (5). Je trata de una generación de intelectuales que se p e r c i - b ie ron a si mismo como conciencia cr itica del país, de una etapa en que el pensamiento - - o si se quiere la c r í t i c a - - a pesar de su vo luntarismo y de e s g r im i r a menudo una concepción mediatizada del arte, contribuyó claramente a configurar una tradición artística nacional.
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