CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80

102. . costos de este sistema ya va acercándose al mantenimiento de un res :torán, con la diferencia que los ingresos son bastante diferentes. Hay que pensar en lo que vale la publicidad controlada por una empifésa co­ mo El Mercurio. Si no sale un aviso en El Mercurio o en La Tercera, uno no existe no más. El problema es serio. Está el caso de la obra que este año tuvo el premio de la crítica y fue muy publicitada. Sin embaifgxv* esa obra la vio poquísima gente. Algo diferente ocurre con algunos personajes muy publicitarios de la -TV. Tienen tribuna en los espacios de comentarios y crítica en los canales, y este mecanismo les asegura una gran afluencia dé públi- . co a los espectáculos que realizan en el teatro. Es que desgraciada­ mente e&te país vive cada vez más al ritmo de la TV. Y ello supera cualquiera de las iniciativas que se están proponiendo aquí. Esto no significa deshechar proposiciones como la de Jalcedo. Habría que es­ tudiarla seriamente, hacerla de manera organizada. Pero creo que el problema es más complejo. La búsqueda de canales alternativos no es suficiente. Además muchos de estos canales, como la asisten­ cia a actos masivos en la Universidad por ejemplo, se han cerrado en los últimos dos años. La situación es critica. La me ntable me n- te si uno no aparece en la TV o en El Mercurio, no lo va a ver nadie; Entonces hay también que meterse dentro de estos tViecanismos tra­ dicionales y explorar qué espacios dejan abiertos. - M, L. HURTADO Uno de los grandes problemas que se deriva'n de una es- ■ tructura cultural absolutamente regúladá por' el merca­ do, es que medios como El Mercurio y otros adquieren la primacía de mediar la relación entre los públicos y los creadores, ambos indi­ vidualmente considerados. Si bien, a lo mejor, hay que mantener este tipo de espacio, el gran desafio es encontrar otras formas orgá­ nicas de relación que hoy día no existen. Día a día se está constitu­ yendo precariamente,: por ejeónplo, una piensa popular alternativa. Es el caso de numer os os boletines que se pf oduc en' y circula n err s in- dicatos, organizaciones sociales y gramiales. Hay otras vías entone ces que pueden vincular la creación teatral profesional a sectores de públicos organizados. El gran problema del mercado artístico abier­ to,: anónimo, heterogéneo, es que jamás va a poder establecer una U-

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