CENECA Seminario teatro chileno en la década del 80

9 9 . . presenta un desafio para el movimiento artístico-cultural actual. Le plantea la necesidad de buscar nuevas formas de entregar mensajes y de hacer que el mismo movimiento social genere sus formas de expresión, que pueden ser bastante diversas a las del pasado. J. Ivi. SALCEDC Estimo muy valioso el marco de referencia'que nos ha dado el expositor para entender lo que estamos hacien­ do y sobre todo lo que debemos hacer. Ayer se hablaba de la perple jidad con que codos observamos la. realidad nacional actual y en ver­ dad pienso que los puntos de análisis fundamentales de esta exposi­ ción tienden a aclarar algunas de esas nuevas condiciones' que dete£ tábamos a/er en la mañana. Yo creo que estamos bastante como niños recién nacidos por la falta de referentes, la falta de media­ ciones, o como se le quiera llamar a nuestra forma de' operar hoy. De allf derivan,a mi juicio, la mayoría de los problemas. Por e- jemplo, el acostumbramiento de la sociedad al desaparecimiento de la actividad política nos ha dejado a todos preguntándonos : "Bueno, quién tiene que tomar las iniciativas ?; ¿ quié n orga niza ? ; ¿quién le da un sentido or ganic o a la acción? Hemos vuelto e nton- ces a la etapa de la formación de los movimientos sociales como a principios de este siglo, bajo una fuerte represión. Esto es en rea­ lidad una pura analogía. La verdad es que ahora la situación es bas tante peor en términos de la constitución de un movimiento social, cultural y artístico autónomo que dé una respuesta de manera orgá­ nica a los problemas reales que tiene. Esta es la responsabilidad funda mental. Creo que es extraordinariamente difícil discutir un proyecto con - creto en este Seminario. Pero sí pienso que hay algunas iniciati­ vas que están-más al alcance de la mano y algunas ideas que ya se pueden esbozar. Concretamente, me parece correcto que se hable de la necesidad de una política cultural-"alternativa" con todas las implicancias que el término tiene. .Vale decir, creo que todos los que estamos aquí hemos pecado de ingenuos en estos años - -a l me­ nos yo.me arranco con la bandera-- al haber reclamado en distin­ tas tribunas y en distintos tonos para que el Gobierno establezca una política cultural que nos favorezca, que nos permita desarro­ llarnos. Al margen de la discusión que ayer se daba acerca de si

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=