Modelo Educativo
23 PRINCIPIOS ORIENTADORES Una docencia que promueva la equidad requiere considerar y valo- rar las diferencias existentes entre los estudiantes, pero no desde un enfoque normativo que entiende la diferencia como déficit o carencia que es necesario “normalizar” para propiciar su adaptación a lo esta- blecido (Blanco, 2008), sino desde una perspectiva que potencie sus capacidades y les permita una inclusión plena y creativa en la cultura universitaria que los acoge. Asumiendo que las diferencias se conforman siempre en interacción social, potenciarlas supone abrir espacios para que la diversidad se manifieste en un clima de confianza y respeto, libre de todo tipo de discriminación. La evidencia demuestra que, mientras el desajuste en- tre la cultura institucional universitaria y los códigos, valores, creencias y experiencias de estudiantes que pertenecen a grupos sociocultura- les diversos afecta de manera negativa las posibilidades de perma- nencia y egreso de dichos estudiantes (Canales y De los Ríos, 2007; González, 2005), la interacción entre estudiantes diversos en el mar- co de un clima social protegido promueve niveles más complejos de pensamiento y aprendizaje (Bowman, 2010, 2011; Sebastián, 2007). En este sentido, para comprender los alcances y límites del proceso de inclusión social y educativa, es preciso situarse en el análisis de las interacciones sociales o los vínculos intersubjetivos, pues el fenómeno de la exclusión se genera tanto desde las condiciones estructurales como desde las interrelaciones. Por ello, la Universidad de Chile promueve la generación de espacios para la participación –social, política, profesional y académica- en la vida universitaria, propiciando el desarrollo de la autonomía de los es- tudiantes y su empoderamiento cívico, preparándolos para ser agen- tes de transformación social y efectivos en contextos de diversidad.
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