Innovando en la educación superior: experiencias clave en Latinoamérica y el Caribe 2016-2017. Volumen 1: gestión curricular y desarrollo de docencia
164 VOLUMEN 1: GESTIÓN CURRICULAR Y DESARROLLO DE LA DOCENCIA Anexos 1 Análisis del Cambio curricular desde 1990: Antecedentes Las reformas educativas han estado siempre relacionadas a las pol ticas gubernamentales, por ello es bueno recordar que la reforma curricular que actualmente nos incumbe se generó a principios de los a os 90, en el retorno a la democracia. Cox, 2008; Gysling, 2007; Picazo, 2007, siempre explicitan que este cambio fue forzado y rápido , ya que no estaba en el plan del gobierno de la transición a la democracia, por lo que se tuvo que recurrir a grandes esfuerzos pol ticos para consensuarla. En este proceso nace la Unidad de Curr culum y Evaluación (1998), en la cual hasta la actualidad siempre se ha trabajado en la creación y publicación de todo documento que incumba en la orgánica y objetivos de la educación chilena. La reforma educativa de los 90 propuso diversos planes (Jornada Escolar Completa o mejoramiento docente, por ejemplo) y la no menor creación de las Bases curriculares y posteriores ajustes de los mismos (1999, 2003, 2009, 2012, 2013), cambios que obedecieron al propósito de otorgar mayor consistencia a la propuesta curricular nacional, propendiendo a una mayor articulación entre niveles (Espinoza, 2014). Junto con ello, tambi n se evidenció una tendencia a aumentar el nivel de especificidad de las orientaciones y prescripciones curriculares, provocando una especialización de cada una de las ramas o asignaturas básicas. 2 La superposición de procesos de cambios curriculares Gysling (2007), destacada antropóloga y participante activa de las reformas curriculares ya indicaba en 2007 que si se observa lo realizado se puede decir que, desde los noventa, existe una institucionalidad encargada del curr culum nacional que ha estado operando bajo el concepto de desarrollo curricular, lo que es muy positivo, pero, no obstante, esta institucionalidad es precaria e inestable, ya que no tiene un estatuto de funcionamiento oficial, y en la discusión sobre reordenamiento de la alta dirección del sistema se le ha considerado más como función que como institución, lo que impide algo básico, el acceso a la información oportuna, homog nea y certera de las instituciones educativas a las circulares que indican los pasos a seguir ante cualquier cambio curricular. Desde esta base y situándonos ya en la actual reforma educativa, es básico anunciar que al leer los documentos que conforman el curriculum nacional chileno (Bases curriculares en 2001, Ajustes curriculares en 1999, 2000, 2002, 2009, principalmente) se evidencia cierta discontinuidad, la cual según Olga Espinoza (2014) es causada por su generación en momentos distintos, por diversos equipos y bajo distintas administraciones. El problema anteriormente mencionado no es fácil de abordar ya que desde el a o 2010 a 2015 (con extensión a 2016) se ha producido una superposición curricular de dos procesos de origen y naturaleza distintos: el Ajuste curricular 2009 y la Reforma curricular 2012, lo cual se agudiza por la “discreción” con la cual se implementó el Ajuste curricular 2009, quedando “invisibilizado” hacia los docentes de aulas, principales implementadores curriculares.
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