Libro pedagógico: materiales para la formación ciudadana en el aula: momento constituyente: del pueblo a la ciudadanía

Momento Constituyente. Del pueblo a la ciudadanía 5 Formar para la ciudadanía en un Momento Constituyente Nuestro país se encuentra en un momento de intensas deliberaciones sobre nuestras normas comunes. Lo que se busca en este momento es reconocer y afianzar los valores que compartimos como sociedad. Se trata de controversias fundamentales, que atañen a diferentes campos de la vida pública, y especialmente al ámbito de la educación escolar. Una convicción compartida que emerge en este proceso es la necesidad de formar una ciudadanía autónoma y responsable que nos permita construir democracia, así como un Estado Social de derecho. Educar personas autónomas, capaces de tener criterio y pensamiento propio y fundamentado, abiertas al debate, a las posturas diversas, a reconocer errores, capaces de cooperar de forma inteligente permite construir una cultura cívica basada en la confianza. Sobre esta base será posible crear juntos una sociedad capaz de valorar la participación políticacomounbiencomúnconelcualcrearbienestarsocial. Por este motivo, la formación ciudadana se observa como una necesidad primordial en el siglo XXI. Esto explica la importancia de la nueva Ley Nº 20.911, promulgada en marzo de 2016, que pide a todos los establecimientos escolares reconocidos por el Estado incluir, en todos los niveles de enseñanza, un “Plan de Formación Ciudadana” que integre las definiciones curriculares nacionales en esta materia. Además, esta nueva legislación mandató al MINEDUC la presentación al Consejo Nacional de Educación de una nueva asignatura de “Educación Ciudadana” o “Formación Ciudadana” , la cual será implementada en 3º y 4º medio en los años venideros, probablemente desde 2019. Se reconoce así que para formar buenos ciudadanos y buenos profesionales es indispensable asignar un espacio claro y explícito en el currículum educativo, ya que una “transversalidad” mal definida diluye este objetivo hasta su virtual desaparición. Para algunos la nueva asignatura de “Educación Ciudadana” debería asumir algunos elementos de la antigua Educación Cívica, pero habría que decir que la formación ciudadana va más allá de la civilidad. En el antiguo modelo el alumno era preparado para ser útil a la nación y al Estado. En el nuevo enfoque se reconoce prioritariamente a un sujeto libre, que debe aportar al bien común, pero también puede manifestar expectativas, anhelos, búsquedas individuales o colectivas en coherencia con su proyecto de vida individual. Es también relevante, en el siglo XXI, incorporar en la educación pública y de manera transversal como valores fundamentales, en tanto mínimos universales exigibles, a los Derechos Humanos que traspasan fronteras, definiciones políticas y valoraciones religiosas. Dentro de esemarco, cada cual está llamado a elegir razonablemente su propia perspectiva, dar cuenta de su propia opinión, formular sus propios juicios. Esa es una dimensión personal e intransferible, pero que tiene que ser razonable, comunicable, abierta a otros puntos de vista, y dispuesta tanto a confrontar miradas como a ceder cuando sea correcto y necesario. Para eso la escuela debe motivar compromiso del estudiantado, su capacidad de participar, de investigar, de generar diálogos, de manifestar su opinión, pero también de respetar la opinión ajena, de buscar acuerdos y argumentar sus posiciones. Implementar los planes de formación ciudadana exige un liderazgo educativo dispuesto a fortalecer estas experiencias, confiando en la comunidad escolar. Es clave el compromiso del director ¿Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela, dónde podrán exigirse esas cosas? Gabriela Mistral

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