Libro pedagógico: materiales para la formación ciudadana en el aula: momento constituyente: del pueblo a la ciudadanía

Momento Constituyente. Del pueblo a la ciudadanía 21 Un 21 de abril de 1844 la monarquía española reconoció por medio de un tratado “como nación libre, soberana e independiente a la República de Chile compuesta de los países [sic] especificados en su ley constitucional” , esto es, el territorio señalado por la Constitución de 1833. Se cumplía de este modo con lo que Andrés Bello señalara en su importante y primer trabajo sobre derecho internacional, respecto a que el reconocimiento de un nuevo Estado implicaba aceptar que existían asociaciones de hecho, con autoridades establecidas para dirigir a sus miembros y dueña de un territorio. La Independencia se entendió como un Momento Constituyente : “La independencia de la nación consiste en no recibir leyes de otra, y su soberanía en la existencia de una autoridad suprema que la dirige y representa” (Andrés Bello, Principios de derechos de gentes, 1832, en la Parte Primera, Estado de Paz). La soberanía , en el modelo de la modernidad occidental, es el poder y autoridad que se transfiere a otros: un cuerpo, un jefe o una forma constituida a su arbitrio para que regule el ejercicio de las autoridades investidas y de leyes a todos los ciudadanos. Pero ¿quiénes transfieren ese poder? ¿A quiénes pertenece? ¿Los ciudadanos sienten las leyes como suyas? Las constituciones del siglo XIX definieron los poderes que asumirán la representación de un sujeto llamado nación . Así lo señaló un impreso chileno de 1825, la “nación se halla constituida en Congreso” . Una Constitución podía decir que el gobierno es democrático representativo , pero el sujeto político estaba constituido por pocos, mayoritariamente hombres, con propiedades, casados y alfabetizados. La representación parece ser de importancia sólo enmomentos de paz. Las armas son una fuerza protagónica en la historia de Chile, adoptando la forma de guerras civiles y revoluciones y, por tanto, han servido para implementar nuevas constituciones, como las de 1833 y la de 1980. Es así como los grupos vencedores se apropian del poder constituyente porque se auto-otorgan la facultad para establecer una Constitución. E incluso construyen un imaginario que los legitima al apelar a la Independencia o a la defensa del pueblo que originaría ese históricomomento constituyente. Actualmente, cuando pensamos en la democracia la reducimos inmediatamentealmecanismode las elecciones y somos testigos de un alto abstencionismo al momento de votar . No es difícil recordar la frase “no nos representan” para declarar la relación que cada cual siente respecto de la clase política. O bien no es extraño escuchar a quienes definen la práctica de votar como equivalente a elegir la marca de cualquier producto en un supermercado, pues sus vidas seguirán siendo como son. Hoy contamos con una Constitución vigente, reformada en 1989 y en 2005. Para algunos las modificaciones son de tal envergadura que puede decirse que en realidad hicieron de la del 1980 una nueva Constitución. A pesar de ello, no se puede desconocer que los cuestionamientos parecen estar en una curva ascendente lo que nos alerta a retomar las preguntas que resuenan en el concepto de representación que ha estado en la voz manifestante de varios grupos de ciudadanos que la reconocen en crisis. Es ahí donde los nuevos debates cobrarán forma y mostrarán que somos capaces de organizarnos por la fuerza de nuevas razones. ¿Qué conflicto viene a resolver una Constitución? ¿Qué es una Nación respecto de una Constitución? ¿ Qué nos representa y quién nos representa? ¿Qué quiere decir Representación ? ¿Es necesaria la mediación implicada en la representación?

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