La vida santiaguina

90 LA ESCENA DRAXATICA bargo, se hicieron iiotar tiniidas inanifesta- ciones de desagrado, ora silbaiido a 10s artis- tas, ora oyentlo en inedio de un sepulcral si- lencio e l elojio de algnn principe Borbon i hasta e l de la niisma majestad de Fernando VII. Una noche, en ni(?tclio de 111i grsn des6rden, un j6ven exaltado pidi6 a gritos que se con- dujera a1 Santa Lucia a uno de 10s actores pifiados. Marc6, que entcinces conetruia las fa- niosas fortalezas del Santa Lucia, calific6 estc grito de sedicioso i ofensix-o a la digni- dad casi real de su persona, e hizo poner preso a1 autor en las inisinas fortalezas cuyo iiombrs habia profanado.. Entretanto en medio de aquellas represen- taciones en que la orjia c6rnica parecia un dlsirnulo o pretest0 para ocultar el ‘miedo, otra escena ma$ grandiosa se destacaba en el fondo i fijjaba la atencion del pitblico emocio- nado: midntraa Marc6 se divertia con sus danzantes, un ej6rcito descenrlia de 10s Andes i a1 ruido de sus pasos huian despavoridos todos aquellos histriones i farsantes dejando aba:idonado i solitario el proscenio de sus triunfos e fiineros.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=