La vida santiaguina
88 LA ESCENA DRAMATICA pendencia, que tenia poi- escenario a toda la Am$rica, i el puehlo prestaba mui poca atencion a 10s rnezquinos sainetes cuyos argumentos se desenvolvian desahogadainente sobre un tahla- do cualquiera. I cosa estrafia! uno de 10s per- sonajes iiGnos apropbsito pox- su posicion social para ocuparse de asuntos triviales, €ut! e l que torn6 a PLI cargo la tarea (le crear en- tre nosotros el gnsto por el teatro, declarAn- (loses su- ilrotector i cifi-ando su vanidad en ese titulo bornbiistico. Ese gran seiior que se humanizaln con el arie, apesar de llevar so- bre su pecho casi todas las gi-andes cruces de 1:~s 6rdenes caballerescas -de Espaila, era don Casimiro ;\larch del Pont. Ya se comprender& por el nonibre del pro- tector, el espiritu de aquellas represcntacioneq, que tenian por principal objeto distraer la atencion del piiblico del gi*anprobleala que se debatia i dar prestijio a la repecia espirante. Marc6, inquieto i timiclo, se encontraba siein- lire rcc?c;Ldo i:e sus batelites i secuases en e1 interior de S L ~ palco, en cupo frente se osten- tabs e l escudo espaflol con sus leones ya ca- clucos. Marc6 se Iiacia contlucir nl teatro ~ 0 1 1
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