La vida santiaguina

clejado, sin embargo, iina memoria que recuer- clan con carifio las bellas damas de entbnces i que aun riven. Calderon habia tenido un nacimiento (le principe; a l o que clcbia talvez en $ran parte la rapiclez de sus ascensos. Habia nacido capi: tan por gracia especial del rei de las Espafias, que no concedia taniaiio honor sin0 a 10s prin- cipes reales. Era amb l e i de una elegancia verdaderamente perfomada. Se ilecia que sus mejores yictorias las habia obtenido en 10s ~ a - lones; iiasi era la verdad poryue sus mas gran- des Isatallas las habia peleatlo sobre las al- Pomhras de las casas de Santiago. Se refiere de 61 un hecho que persoriifica a1 hombre: Calcleron, ya riejo, ttiro sin es tar enferino e l presentimiento de su inuerte. E l galante i ya achacoso paladin sufria talvez la iiostaljia de 10s recuerdos. Se reia destronado pox- la nueva i brillante jeneracion que se al- zaba a SLI \-ista. Calcleron sc prepai-O tmnqui- lamente para el largo viajc, despidi6ndose de toclas sus relaciones como si fiiera a eniprender una escursion de placer. E1 prc.jen timiento liabia qido tan leal i profiintlo que e l dia si- 4

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