La vida santiaguina

,- -- 72 .I,OS HOMBRES GALANTES Nunca vi6 nuestro ej8rcito figura rnas aris- tocrhtica que la de Blanco Encalada. Aquel marino, mitad espartano i mitad parisiense, sa- bia arreglar admirablemente la sereridad de BUS deberes con la encantsdora facilidad de sus maneras. Sorprendia encontrar ese temple de acero dentro de esa fisonomia delicada i de una acentuacion tan noble i franca. Los afios nunca debilitaron aquella rica na- turaleza tan llena de fd i entusiasmo; asi se vi6 en 10s dias de la segunda guerra contra EspaBs a ese anciano glorioso, levtlntarse casi del horde de la tumba i retar a l a escuadra espafiola a un duelo singular, con fuerzas iguales, casi cuerpo a cuerpo, como en 10s tor- neos caballerescos de l a edad media. Era que e l ilustre marino, a 10s setenta i cinco afios, conservaba intacto el viejo espiritu animoso i galante de su Qpoca. Otra Agura que no seria justo dejar en el silencio, es l a del jeneral Calderon; conside - rado como uno de 10s tipos mas acabados del hombre galante. Ese jefe que no tiene phji- nas brillantes en la historia militar de la re- pfihlica, que no fu8 vencedor ni vewido, ha

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