La vida santiaguina
LA E,€'OCA DE LOS CONVENTOS mentos que se alzaban sobre las caws particu- lares eran 10s templos, en su jeneralidad de PO- bre arquitectura pero ricos en ofrendas, cubier- tos sus altares del or0 i de la plata quelapio- dad i el fanatisnio acnmulaba en ellos. En nin- guna piam, en ninguna calle o paseo se veis un solo monumento declicado ;t las ciencias o a las artes, a la instruccion del pueblo o a cual- quiera de eeos nobles placeres en cuyo obsee qui0 levantan palacios la socieclndes modernas. Los 6niccs lugares plildicos de reunion eran 10s ternplos. El servicio divino se liacia con una p o m p i majestad estraortlinarias. El culto tenia ent6nces toda la austera ser-ericlad que despues €116 perdientlo poco a poco. Toclavia no se habia heclio de niotla liacer de 10s tem- plos sdones filarnibnicos cubri8ndolos de flores, de borclttdos, de seda, de olorcs i de armonias mundttnas, cllindoles asi ese car;icter de sen- sualitlad que hace desaparecer por conipleto la'impresion solemce que debeii inspirar. Las iglesias adornadas con fruslerius i falsvs orc- peles, se asemejan n esos retretes de mujeres superficiales en que se cleleita la vista con 10s dijes i caprichos que acumnla e! gusto lije- 7 --
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