La vida santiaguina

6 LA EPOGA DE LOS CONVENTOS . las ciudades mas florecientes cayeron dos o tres veces a1 suelo desplomadas, despedazadau poi- 10s mas espantosos eacudimientos de qne tenga memoria esta tierra nerviosa i epildptica. Si las desgracias materiales anonaclan el es- piritu de 10s pueblos viriles, iqud de influen- ciaa tan funestas no ejercerian esas catdstro- fes en el Animo de aquella sociedad ignorante, supersticiosa i fandtica, que ntribuia a casti- go de Dios toclos 10s infortunios de que era victinia, que estimaba la aparicion de 10s come- tas coiiio profecias cle desgracias, que veia en 10s teniblorcs de tie& la c6lera terrible de la Divinidnrl i liasta en 10s circulos de la luna sellales ineqnivocas de futuros castigos? El eielo i la tierra no ofrecian sino signos de des- gracias; la felicidad i la alegria no clebian bus- carse sino en la soledad de 10s claustros o en el fondo de Ins tumbas. La ciudnrl niisma tenia un aspect0 conven- tual; silenciosa i triste, predisponia el espiri- t u a la metiitacion. Sobre Ias bnjas niurallas de SLIS erlificios caia el follaje de 10s Arboles de 10s huertos, ponienclo sus flores i sus frutos a1 alcance do 10s transeuntes. Los Gnicos monu-

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