La vida santiaguina
EL TRAJE DE LAS SANTIAGUINAS 45 E l calzado recortado i de altos tacones, era digno de este traje; i no podia menos de serlo en una Qpocaen que e l pi6 era algo tan espre- sivo como 10s ojos. Podia disculparse a una mujer 10s ojos i'eos, per0 no se le perdonaria jamas 10s pies grandes. E l peinado qce acompaiiaba a este traje, era una obra esquisita de sencillez i de buen gusto. El cabello se dividia en seis trenzas, que se recojian en l a parte posterior de la cabeza, cayendo e l dolslez a la altura de 10s hombros. Un alfiler de oro, de forma curva, llamado polisson, sujetaba e l cabello; del polisson pendian a veces clos grandes botones de diaman- tes. Ni nn adorno mas, ni una flor, ni una cinta; solo de vez en cuando, i est0 era un exceso . de elegancia, se colocaban sobre la frente tembleques de diamantes que sostenian una serie de pequeiias ondas, formadas del mis- mo cabello, que eubrian l a mitad de la fren- te. Esta moda era algo mas graciosa que ese crespo que hoi cae sobre e l rostro, en voga desde iS72, i que da a la fisonomia de algunas jbvenes una espresion verdaderamente cruel. ~QuQ objeto tiene ese riso que se le abandona
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