La vida santiaguina

38 I,A ETIQUETA COLONIAL En la plaza formaban de gran parada 10s rejimientos de milicia de infanteria del rei i e l batallon de comercio, especie de guardia civil de l a ciudad. A1 pasar la insignia real, la tropa i e l pue- blo l a saludaban. E l estandarte llegaba por fin a la catedral, i era recibido en la puerta del templo por e l cabildo eclesi&stico. Todos tomaban en seguida e l puesto que l a etiqueta rigorosa de la +oca les seiialaba se- gun su importancia. E l obispo no asistia a esta ceremonia, porque el alfdrez real ocupaba e l sitio destinado a1 dosel. Esta fiesta era la mas hermosa i aristocr8- tica de la Qpoca. Se lucian 10smas ricos trajes i 10s mas briosos caballos. E l lujo que se des- plegaba era mui superior a lo que podia exi- jirse i esperarse de una ciudad coni0 Santiago. Los caballeros vestidos con 10selegantes trajes de la Qpoca, lucian valiosos caballos lujosa- mente enjaezados; parecia tralarse mas bien que de un acto de absurda etiqueta, de uno de esos torneos caballerescos en que se iba a

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=