La vida santiaguina
30 LA ETIQUETA COLONIAI. inviiar a1 obispo para las fiestas de C6rpus; pero Humanzoro queria ver a 10s oidores a sns pies i no a Henriquez, i por consiguiente no cedi6 en sus pretensiones. Disgustado e l pre- sidente por e l orgullo del obispo, orden6 que las fiestas de C6rpus tuvieran lugar en el templo de Santo Domingo. El obispo, vihdose vencido, intent6 escomulgar a 10s iniembros del ayuntamiento, exactamente como h i , despues de dos siglos, 10s arznbispos escornul- .gan a senadores i dipntadk; pero 10s valientes oidores no se intimidaron por seniejantes amenazas; las fiestas se hicieron sin el concur- so del clero i apesar de su protesta, i el orgu- 110 clerical fu8 puesto a raya l o r priniera rex entre nosotros. El obispo, vencido i humillado, recurri6 B venganzas de una ruindad i pequeiiez que asombra. Era costnmbre que en las procesio- nes de C6rpns e l pAlio fuera llevado por 10s oidores i que junto a 61 fuerael estandarte de l a ciudad i l a cruz capitular. El estandarte era simbolo de l a autoridad civil, i l a cruz, em- blema de la autoridad eclesiAstica. El obispo, ” 110 pudiendo contentarse con sus derrotas,
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