La vida santiaguina

124 EL ARTE EN SANTIAGO ba a1 aforbunado heredero perder unos catan- tos miles en la venta de su mobiliario, con tar de realizar pronto! Los salones de AT. Adolfo G. fueron ab i e t os a1 mundo elegante i la renta principii,. En un solo dia las habitaciones qziedaron vacias. Todo se i-endib a precios fabulosamente bajos; fu6 a- quello una quemazon. Un Ticiano orijinal, se comprb en setecientos pesos, un Rembranclt en quinientos, nn cuadro de batalla de Horacio. Vernet, que tenia e l m8rito de ser la tela mas pequefia que habia pintado ese artista, se ven- dib en ochocientos, i asi sucesivaniente. Un afio mas tarde Monvoisin veia algunos de es- tos cuadros i se asombraba de nuestra cre- dulidad. Los bronces i mjrinoles corrieron la misma suerte: una Vh u s , ralor de t r es francos, fu8 vendida en setenta i cinco pesos; i e l famoso grupo de Faztsto i Margarita, que su duefiio habia comprado en ochenta francos, fu8 vendido en seiscientos pesos! M. Adolfo G. se ausenti, de Santiago despues de sacar de sus muebles i colecciones mas de cuarenta mil pesos. Era esa probablemente la gran herencia de su tia l a ducpesa.

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