La vida santiaguina
114 EL LIRISMO l o que l o habian sido hasta entbnces, i exijieron de sus pretendientes i pronietidos sscrificios iniltiles que no habia necesidad de ejecutar; a l a encantadora sencillez que las realzaba Antes, sucedib cierta afectacion de sentimientos. El romanticismo principi6 a hacer SLIS primeras victimas. Los bellos colores del rostro se eclipsaban; aquellas mejillas tersas i rosadas, que annnciaban l a salud del cuerpo i la tran- quilidad del alma, fueron reemplazadas por una palidez convencional. Las ojeras se hicie- ron de mods. Sufrir! fuB l a illtima espresion de l a felicidxl. Hub0 niiias, i no inventamos, que bebian vinagre para palidecer i enflaque- cer. La tisis terminaba bien pronto l a obra iniciada por e l romanticismo. E n la Filar- mbnica muchas mujeres se desmayaban por 10 apretado del corsb. Ai! podriamos citar 10s nombres de muchas lindaq jbvenes a quienes e l sepulcro arrebat6 en toda la flor de su ju- ventud, en todo e l esplendor de su belleza, victimas de esa monomania insensata. La rnoda del traje correpondia tambien a esta situacion del espiritu. Segun el P r o p s o , el traje en boga en el verano de 1845 era el
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=