Bienestar habitacional: guía de diseño para un hábitat residencias sustentable
8 9 PRESENTACIÓN asumir su responsabilidad, reconociendo que la producción de viviendas aún manifiesta serias deficiencias en el aspecto cualitativo, específicamente respecto a aquellos estándares que inciden en el bienestar habitacional - de diseño, de calidad ambiental y constructiva. Ante esa circunstancia y con la participación directa del Ministerio, los diversos agentes del proceso habitacional y en especial los centros de investigación universitaria se han concertado con el objeto de superar dichas deficiencias, abriendo el debate para llevar el concepto de calidad total a la producción de viviendas. El contenido de esta Guía se fundamenta en los resultados alcanzados por la investigación FONDEF Nº D00I1039, denominada “Determinación de los Estándares de Bienestar Habitacional para mejorar la Calidad de la Construcción de Viviendas en Chile”. Basada en el análisis de conjuntos de media altura del Programa de Vivienda Básica ejecutados en las R egiones Metropolitana y de Valparaíso, los resultados obtenidos son aplicables a todo tipo de vivienda, teniendo presente las condiciones específicas de las zonas del país en que se emplazan. En dicha investigación participaron destacadas instituciones como: F undación Chile, Universidad Técnica Federico Santa María, Corporación de Desarrollo T ecnológico y la F acultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile a través del Departamento de Ciencias de la Construcción y del Instituto de la Vivienda (INVI), ente este último que aportó con la sistematización del trabajo desarrollado durante los últimos 20 años en el ámbito del diseño residencial, particularmente en lo que se relaciona con el bienestar habitacional, aceptando dicho bienestar como la evaluación que hacen las personas sobre el hábitat residencial con el cual se relacionan. Ello, considerando que los espacios residenciales, en particular de vivienda social, se vuelven cada vez más inseguros, poco atractivos y vacíos, presentando usualmente un notorio deterioro, lo que impide a sus habitantes apropiarse de ellos, es decir , transformarlos en lugar . La Guía, estructurada en siete capítulos, resume el resultado de la investigación, estableciendo diversas recomendaciones para fomentar la lugarización 1 . Además, debiera constituirse en una herramienta de trabajo esencial para aquellas personas que intervienen en el proceso de diseño habitacional. El primer capítulo plantea una discusión en torno al concepto de bienestar habitacional, definiendo el marco teórico. En el segundo capítulo se establecen los parámetros a considerar para un adecuado diseño habitacional. Los siguientes capítulos resumen los principales problemas detectados; las recomendaciones para el diseño residencial; la propuesta de estándares y criterios de evaluación del bienestar habitacional; glosario de términos y finalmente las referencias bibliográficas. Los autores de esta Guía agradecen a todas las Instituciones y profesionales que han hecho posible esta publicación, en especial a Camilo Sánchez D . y Marianela P avez C. del Ministerio de Vivienda y Urbanismo; Francis Pfenninger B. del Colegio de Arquitectos de Chile; Andrea R ojas C. del SERVIU Metropolitano; Ricardo T apia Z . y Claudio Navarrete I. del Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile; y los arquitectos Oscar Segovia C., R enzo Somigli B. e Iván R eyes B. por su aporte en la revisión de este texto. 1 Proceso de asignación de sentido que surge sobre la base de la experiencia socialmente compartida y el lugar pasa a constituirse en una relación dada entre espacio y conducta, en una temporalidad dada. El espacio puede ser un agente detonante de procesos de lugarización, y , pese a que no los determina, sí puede influir de manera importante en este proceso. Sin embargo, son los habitantes de manera individual y colectiva quienes determinan el grado de apropiación o su eventual lugarización. En Chile, el déficit de vivienda tanto cuantitativo como cualitativo ha sido una preocupación constante, ante lo cual no sólo el aparato público sino también diversos entes privados, centros de investigación y la propia comunidad han ejercido un importante rol en su intento por mejorar tales deficiencias. El Estado, como actor principal pone énfasis, a mediados del siglo pasado, en la racionalización del diseño y la industrialización del proceso constructivo. Posteriormente, a partir de los años 80, impulsa una política habitacional dirigida a subsidiar la demanda, en base a procedimientos que se perfeccionan en la década de los 90, abriéndose el debate respecto a la calidad que presenta la construcción. Hoy, el problema cuantitativo se ha sido aminorando a través de las políticas implementadas por el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (MINVU), ente articulador de la demanda, que no sólo proporciona los subsidios para que los beneficiarios adquieran directamente su vivienda en el mercado inmobiliario, sino que además ejecuta, también con la participación de la empresa privada, aquellas viviendas destinadas al quintil más pobre de la población. En este contexto, el sector privado ha debido
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