Informe país Estado del medio ambiente en Chile: Comparación 1999-2015

541 ENERGÍA UNIVERSIDAD DE CHILE | 2016 9.3 GESTIÓN AMBIENTAL DE LA PRODUCCIÓN Y USO DE LA ENERGÍA La producción de energía en Chile ha crecido impulsada por la fuerte demanda propia del crecimiento económico. Este proceso, positivo desde el punto de vista de la economía, desarrolló características desfavorables para el conjunto social que deben ser corregidas y reguladas por nuevas y adecuadas políticas nacionales. Son ellas, ante todo, su crecimiento muy superior al de la economía, lo que pone de manifiesto la ineficiencia del con- sumo energético; exagerada dependencia de las importaciones y la consecuente vulnerabilidad del abastecimientos de combustibles; y una matriz en la que predominan combustibles fósiles altos en emisiones de carbono muy perjudicial para las metas de descontaminación atmosférica comprometidas por el país. Chile se ha comprometido a reducir el 20 % de sus emisiones en el año 2025, aunque los pasos para alcanzar este compromiso internacional encuentran todavía muchas dificultades para llegar a obtener todo el provecho que es posible logar del potencial de energía que ofrece la geografía y el clima. La crisis energética que sufrió Chile después de 1999, cuando se cerraron las importaciones de gas natural argentino, se resolvió con fuertes inversiones en centrales alimentadas con petróleo y carbón, a lo que se sumó un ciclo climático de sequía que limitó la generación hidroeléctrica. El resultado ha sido una notoria transformación de la matriz energética que en la actualidad se define por costos de producción más altos, incremento de las emisiones de carbono a la atmosfera y en muchos casos rechazo de comunidades involucradas. La estrategia de la Agencia Internacional de Energía para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero comprende prioritariamente dos acciones: la eficiencia energética (EE) y las energías renovables no convencionales (ERNC). Es más, la AIE ha proyectado que en el año 2030 la EE y las ERNC serán capaces de absorber el 80% de la reducción de emisiones a la atmósfera. El país, en consecuencia, a diferencia de sus planteamientos de 1999, ha definido sus políticas de desarrollo energético basadas en las dos líneas anteriores más el uso progresivo de combustibles con bajo contenido de carbono. La Agenda de Energía aprobada en 2014 ha estipulado como metas para el año 2025 generar el 20% de la electricidad mediante ERNC y reducir 20% el consumo de energía en el país. Es importante señalar que hay una diferencia fundamental entre 1999 y 2015 y es la importancia que se le otorga a dos importantes desafíos: El mejoramiento de la eficiencia energética y los aportes de las energías renovables no conven- cionales 9.3.1 Eficiencia Energética La EE es energía renovable de bajo costo y no contaminante, y debe ser, por ello, el componente central de la política ener- gética nacional que por cierto requerirá de acciones gubernamentales tendientes a eliminar lo que impide actualmente que sean aceptadas y ampliadas por empresas y hogares. Ya en el decenio de los noventa se impulsaron algunos programas para mejorar la eficiencia energética. Pero los escasos resultados del Programa PaÍs de Eficiencia Energética (2005) y del correspondiente Plan Nacional de Acción obligan a abordar el problema con un con junto coherente de legislación e instituciones que otorguen a la EE el nivel de política de Estado, mediante un Agencia Nacional con estatuto y autonomía propias, que desarrolle un Plan Nacional continuador que fuera aprobado en 2010. Puede esperarse que tal Plan Nacional produzca importantes ahorros de energía y reducción de costos para los consumi- dores, pero su aporte no será menos significativo en la reducción de emisiones. El Cuadro 9.2 detalla las emisiones que podrían ser evitadas si se redujera el consumo de energía.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=