Informe país Estado del medio ambiente en Chile: Comparación 1999-2015

34 INSTITUTO DE ASUNTOS PÚBLICOS | CENTRO DE ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS INFORME PAÍS ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE EN CHILE 5. CONCLUSIONES Las macropresiones que existían en 1999 y que condicionaban en parte el estado del medio ambiente, a lo largo de 16 años, se han robustecido cuantitativa y cualitativamente. En efecto, la economía ha crecido en forma significativa hacia el 2015 lo que se ha traducido en más actividad productiva, más demanda de recursos naturales, en especial agua y energía, más generación de residuos, más transporte. En otras palabras, mucho más presiones sobre el medio ambiente. La imple- mentación de políticas y medidas ambientales, derivadas de las políticas de gobierno y de las presiones de la sociedad, aunque importantes, no han sido suficientes para neutralizar estas macropresiones. De los diversos sectores económicos, el que normalmente conlleva a mayor preocupación ambiental es el agrícola, debido a su amplia cobertura espacial y a que está inserto en ecosistemas vivos. La agricultura en estos 16 años creció significa- tivamente, en especial en el producto de las áreas de riego. Hubo, en consecuencia, mayor presión para el uso del recurso suelo, dadas las limitantes naturales que tiene el país con relación a la aptitud de este bien. La expansión hacia los cerros de varios frutales ha repercutido en riesgos de erosión y la pérdida del bosque esclerófilo mediterráneo. A la macropresión del sector económico agrícola hubo que sumar lo sucedido con el sector forestal, que siguió creciendo. La presión por más plantaciones tuvo su correlato ambiental en mayor pérdida de bosque nativo por sustitución, que, a su vez influyó para una mayor afectación de la biodiversidad, y deterioro de la capacidad hídrica de las cuencas. El crecimien- to económico de este sector, vino aparejado de mayores costos ecológicos. El principal impacto ambiental del sector minero, siguió siendo la competitividad por el uso del recurso agua. El mayor crecimiento de la minería no estuvo exento en estos 16 años de eventos de contaminación de agua, suelo y aire, y de impactos derivados de los movimientos de suelo y subsuelo. Desde 2013 al 2015 las menores inversiones derivadas de la baja de precios en el mercado internacional, especialmente del cobre, disminuyeron significativamente esta macropre- sión. En lo social, el incremento del consumo desde 1999 al 2015 tuvo que ver, no sólo por la presión de determinados recursos, sino principalmente por la generación de residuos, en especial residuos domésticos. Pero no solamente fue este efecto el que presionó al ambiente; también el incremento de los parques automotrices de Santiago y otras ciudades importantes del país presionaron la calidad del aire y el uso de energía. El crecimiento del producto per cápita se tradujo además en presiones excesivas sobre los territorios circundantes a las ciudades, con pérdida del suelo agrícola, fragmentación de las vías naturales de la biodiversidad, y alteración de ecosiste- mas. La presión sobre el borde cortero, en especial de la región central, se hizo evidente. La pobreza, aunque ha seguido disminuyendo, aun se presenta en un porcentaje significativo de la población tanto urbana como rural. La persistencia de niveles de pobreza urbana es un factor de presión sobre el ambiente humano. La pobreza rural ha sido sinónimo de erosión, agotamiento del suelo y desertificación. Con relación al cambio climático, los esfuerzos gubernamentales han estado centrado en el cumplimientos de acuerdos internacionales, para disminuir energía y contaminantes a la atmósfera. El problema es que la gran mayoría de lo que se podría denominar “adopción al cambio climático”, se habría hecho al margen de este fenómeno. Por otra parte, estos es- fuerzos han dejado en la sombra el principal tema que debe afrentar el país, la adaptación al cambio.

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