Informe país Estado del medio ambiente en Chile: Comparación 1999-2015
141 AGUAS CONTINENTALES UNIVERSIDAD DE CHILE | 2016 Resulta evidente que el crecimiento económico del país ha generado un aumento significativo en la presión de los re- cursos hídricos, aumentando considerablemente el número de efluentes que descargan sus residuos líquidos a aguas superficiales. Pese a que actualmente existe una norma de emisión que regula este tipo de descargas, es importante destacar que el D.S 90/2000 (MINSEGPRES) es un instrumento de gestión ambiental de carácter preventivo, cuyo objetivo es disminuir la cantidad de contaminantes que se descargan sobre las aguas superficiales, mediante el control de los contaminantes medidos en la fuente. Por lo anterior, esta norma de emisión no regula los impactos que estas descargas generan sobre un cuerpo receptor, así como tampoco regula la sumatoria de los efectos y/o los efectos sinérgicos que se pueden producir cuando existe más de una descarga hacia un mismo curso de agua. De esta manera, el solo cumplimiento del D.S. 90/2000 (MINSEGPRES) no descarta la generación de efectos adversos significativos sobre las aguas superficiales y sobre los ecosistemas acuáticos. 2.2.5. Contaminación de agua por fuentes difusas y emergentes Las principales fuentes de contaminación difusa son de origen agrícola, ganadero, forestal, agroindustrial y minero. La contaminación difusa de los recursos hídricos provoca efectos ambientales adversos. El aumento de nutrientes en los eco- sistemas acuáticos puede producir aumento en la concentración de iones de hidrógeno, dando lugar a la acidificación de los ecosistemas acuáticos, potenciar el desarrollo y la proliferación de los productores primarios, dando lugar a la eutrofi- zación, incluso se puede alcanzar niveles tóxicos que perjudican la capacidad de la biota acuática para sobrevivir, crecer y reproducirse (Camargo y Alonso, 2006). Adicionalmente, la contaminación de nitrógeno inorgánico en aguas subterráneas y superficiales puede provocar efectos adversos en la salud humana y la economía. En este contexto Pizarro et al., (2010) señalan que las cuencas chilenas han sido durante mucho tiempo expuestas a las descargas de nutrientes provenientes de las actividades humanas y los cambios de uso del suelo. Derivado de una necesidad creciente de generar alimentos e insumos para los requerimientos de la población, en el mun- do y también en Chile se observa una creciente contaminación de suelo y de las aguas, provocada, entre otras causas, por el uso intensivo de insumos silvoagropecuarios y tecnologías muchas veces no amigables con el ambiente (Tapia & Villavi- cencio, 2007). De la misma forma, el sector ganadero en Chile no cuenta con adecuado manejo y tratamiento de purines, por lo que vertidos de manera incontrolada, los purines pueden contaminar el suelo por exceso de nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio), las aguas continentales por sus nitratos, y la atmósfera por sus emisiones de amoniaco, metano y malos olores. En este sentido existe una gran oportunidad de desarrollo de este sector, ya que actualmente existen tecnologías y algunos proyectos pilotos en implementación en el país, que permiten realizar una adecuado manejo de los purines para la generación de biogás, por lo que el sector ganadero podría contribuir a la reducción de las emisiones de GEI, reducción de la contaminación de suelo y agua mediante el fomento de tecnologías de tratamiento de purines a través de fermentación anaeróbica, para la producción de biogás. Antecedentes sobre el seguimiento de este tipo de fuentes de contaminación, así como, sus indicadores en el ecosistema acuático son muy escasos en el país. Sumado a lo anterior, en Chile no existe una política clara destinada a asegurar evitar que la intensidad de uso de fertilizantes y pesticidas que pongan en peligro el estado de las aguas continentales. Por lo tanto, como consecuencia del uso intensivo de productos químicos: fertilizantes, productos fitosanitarios y otros biocidas, existe la necesidad urgente de trabajar para disminuir y controlar la contaminación difusa proviene proveniente de las fuentes silvoagropecuarias. Se considera que los pesticidas constituyen un factor de alto riesgo para los trabajadores que manipulan estas sustancias, sin consideraciones al medio ambiente por la dispersión de estos productos. De hecho, las actividades silvoagropecuarias, la acuicultura, los residuos domiciliarios y hospitalarios, pueden incorporar productos químicos y farmacológicos (pestici- das, herbicidas, biocidas, antibióticos, entre otros fármacos y productos veterinarios), los cuales podrían estar generando efectos adversos significativos sobre los ecosistemas acuáticos y probablemente sobre la salud humana.
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